La llegada de los malos
Lastras da la victoria a iBanesto.com el día de la inesperada retirada de Mancebo
Pedro Horrillo terminó de escribir su columna del domingo en el autobús del equipo y se la enseñó a Óscar Freire. 'Dame un título', le pidió el ciclista-filósofo-escritor al campeón del mundo. Freire la leyó. Describía lo que poca gente ve, la desolación de la llegada a meta del grupo de los rezagados, de los rodadores que no pueden con la montaña, de los corredores en baja forma, de los que suelen llegar a meta veinte minutos después de los primeros. 'La llegada de los malos', resolvió Freire. En los malos se incluía él, a Horrillo, a casi medio pelotón. En pasado, que Freire ya no llegará más en esas circunstancias en esta Vuelta, entre otras, cosas porque, con dolores en la rodilla, abandonó ayer. Tampoco podrá incluir a Paco Mancebo, entre otras cosas, pero no sólo, porque, para el escalador de Navaluenga, el grupetto de los culogordos era un espacio desconocido.
Vuelta 2002| 9
Córdoba-Córdoba, 130,2 Kms. ETAPA 1. Pablo Lastras (Banesto) 2h 48m 52s 2. Luis Pérez (Coast) a 13s 3. Fabian Jeker (Milaneza) m. t. 4. Alejandro Valverde (Kelme) a 21s. GENERAL 1. Óscar Sevilla (Kelme) 32h 32m 53s 2. Alexandre Vinokourov (Telekom) a 14s. 3. Aitor González (Kelme) a 41s. 4. Roberto Heras (US Postal) a 48s. ETAPA DE HOY Córdoba-Córdoba (C.R.I), 36,5 Kms. ETAPA DE MAÑANA Jornada de descanso
A Mancebo le decían al comienzo de las etapas, 'Paco, tira para arriba, que un día se va a cortar el pelotón y vas a ser el primer perjudicado'. Paco no hacía caso. 'Se va más cómodo atrás, se sufre menos'. Tampoco hizo caso ayer cuando salían de Córdoba en la etapa más corta de la Vuelta (130 kilómetros). Mancebo iba atrás, el pelotón se cortó en el kilómetro 17, y Mancebo se quedó atrás. Con él se quedó todo el equipo (menos su amigo Lastras), y todo su equipo vio cómo Mancebo, el duro, el ciclista más duro, el inasequible, de repente, su orgullo castigado, se deshizo como un azucarillo al mismo ritmo en que los minutos, éstos sí que son inasequibles, empezaban a acumularse en su contra. 'No puedo más, no puedo dar más pedales, Eusebio', le dijo a su director. Imposible llevarle la contraria. Mancebo se montó en el coche.
Llegó al hotel antes de que terminara la etapa. Le dijeron que mirara la tele, que su amigo Lastras iba a ganar la etapa. No quiso. Se perdió un momento de hermoso ciclismo. Lastras lleva la sangre de su padre en el físico, alto y delgado, largos huesos, y la de su madre en la sangre, sí. La sangre de su tío, cabrero y duro, pedernal hecho al sufrimiento. Es un cazador de etapas y tiene una magnífica puntería. En un repecho a 13 kilómetros, donde le había dicho Unzue, atacó. Cazó a un par de fugados y los superó bajando, y aumentó su ventaja y llegó a Córdoba solo, bajando por el Brillante. Y ganó la etapa como la ganó en el Giro de 2001. A su estilo.
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