Células madre óseas ayudan a reconstruir corazones infartados
El tejido dañado se redujo más de la mitad en tres meses
Una sencilla técnica (la inyección de células madre obtenidas de la médula ósea) ayuda a reconstruir el tejido cardiaco destruido por un infarto, según los datos presentados la semana pasada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. La zona dañada se redujo hasta un 18% en tres meses, un porcentaje 'apreciable', según el portavoz de la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular, José Luis Pomar.
El procedimiento, que fue presentado por el profesor de la Universidad de Düsseldorf (Alemania) Bodo Eckhard Strauer, ha sido publicado también en un artículo en la última edición de la revista Circulation. El método consiste en extraer células madre de la médula ósea de los pacientes y, tras purificarlas, inyectarlas en el dispositivo donde al paciente se le ha efectuado una angioplastia (un mecanismo que abre las arterias) cerca de la zona dañada del corazón. Entonces, las células madre viajan hasta el corazón, donde se transforman en células cardiacas [ver gráfico]. El proceso se repite siete veces. El sistema tiene la ventaja de que no requiere cirugía.
Los ensayos de Strauer comenzaron en marzo de 2001, con un hombre de 46 años que había sufrido un infarto que 'destruyó gran parte de la pared del lado izquierdo de su corazón', según una nota que publicó entonces la universidad. Pero la comunidad científica no le ha dado su visto bueno hasta la semana pasada, cuando Strauer presentó -y publicó- un ensayo en el que comparaba la evolución de diez enfermos que habían sido tratados con sus propias células madre frente a otros diez que sólo habían seguido una recuperación tradicional.
En el grupo que recibió las inyecciones de células madre, la superficie dañada bajó del 30% al 12% de la pared ventricular. En cambio, en el grupo de control, la disminución fue 'inapreciable estadísticamente', y apenas bajó del 25% al 20%, según el artículo.
Además de las zonas de la pared de corazón destruida, Strauer ha comparado la velocidad de las células, y ha encontrado que la región cardiaca reconstruida utilizando células madre ha duplicado su velocidad de impulsión de sangre. En los otros pacientes, el aumento fue de un 30%. Otras medidas también han demostrado la mejoría.
Las células madre obtenidas de la médula ósea tienen la ventaja de que no sufren rechazo por parte del paciente, ya que son parte de sus propios tejidos. Además evitan las prohibiciones, imperantes en gran parte del mundo, de destruir embriones o de clonarlos para obtenerlas.
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