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La lluvia deja 11 muertos en Francia

40.000 hogares quedan sin luz y 2.000 personas son evacuadas por el temporal

El sur de Francia, un triángulo comprendido entre las ciudades de Orange, Nimes y Marsella, con un epicentro alrededor de Aviñón y Alès, conoció el domingo noche y a lo largo del lunes unas lluvias torrenciales, del orden de los 600 litros de agua en el plazo de 12 horas, es decir, la cantidad de agua que normalmente recibe la zona en todo un año caída en un lapso muy breve. El temporal había provocado anoche 11 muertos y tres desaparecidos.

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Entre los fallecidos figuran un bombero, herido al intentar salvar a dos personas cuyo coche había quedado atrapado en un torrente, un hombre víctima de un rayo en Orange y un niño. Para ayudar a la población, más de 800 bomberos trabajaban en la zona con vehículos especiales y helicópteros para salvar a quienes habían quedado aislados por el agua. El Ejército también participaba en las operaciones de salvamento.

Buena parte del valle del Ródano estaba ayer tarde anegado. La autopista A-9, la que mayor tráfico soporta de Francia, estaba cortada a la altura de Orange, así como la A-7 alrededor de Nimes. La vía de tren, tanto la TGV como la de los trenes a velocidad normal, también estaba interrumpida debido a que el agua cubría los raíles en varios tramos o había causado desperfectos importantes en obras de infraestructura. El tramo regional entre Montpellier y Alès también estaba cortado al tráfico. El número de carreteras departamentales cortadas era más que considerable, con varios puentes hundidos en el departamento del Gard. El prefecto hizo público un comunicado en el que resaltaba la imposibilidad 'de itinerarios alternativos debido a la degradación del estado de la red en su conjunto'.

Cuarenta mil hogares sin electricidad, más de 2.000 personas instaladas en refugios improvisados y un número indeterminado de viviendas, fábricas, negocios y otro tipo de inmuebles recubiertos de fango también formaban parte del trágico balance que ayer noche afrontó el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, en una reunión de urgencia en Nimes. La estimación de los daños deberá tener en cuenta también que gran parte del potencial económico de la región está ligado al prestigio de ciertos viñedos, como los de los pueblos de Châteauneuf-du-Pape o Gigondas, probablemente los dos Côtes du Rhône más prestigiosos y que ayer veían no sólo cómo había que aplazar la vendimia, sino que se planteaban incluso la posibilidad de tener que renunciar a ella.

Más al norte, en Lyón, las estaciones ferroviarias de la ciudad aparecían colapsadas por los trenes -grandes expresos con destino a Italia o la Costa Azul- que habían tenido que pasar la noche en ellas y sin posibilidad, de momento, de continuar viaje. En Perpiñán el colapso también era importante puesto que los trenes con dirección norte tenían que esperar junto a sus andenes y las líneas alternativas, desviándose a partir de Narbonne hacia Toulouse, estaban saturadas y presentaban varios puntos peligrosos. La SNCF, la Renfe francesa, aconsejaba a todos los viajeros que renunciasen a viajar hacia el sureste del país y pedía tiempo para poder hacer un retrato exacto de la situación.

Según los servicios meteorológicos, las inundaciones son hijas de un llamado 'fenómeno de Cevennes', en referencia a una región de media montaña situada detrás de Alès y Uzès, la primera barrera que encuentran los vientos marinos en el interior. 'La diferencia de temperaturas entre el Mediterráneo y la tierra provocan un fenómeno de condensación acelerada', explicaban los meteorólogos.

REUTERS

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