Karzai logra escapar

El frustrado asesinato del presidente afgano Hamid Karzai es un fuerte recordatorio de lo frágil que es la paz, lo profundas que son las enemistades y lo incierto que es el futuro de este país destruido por la guerra. Ha escapado del atentado por muy poco. (...) En un lapso de pocas horas hubo un atentado de grandes proporciones en Kabul mediante un coche bomba, (...) siendo el peor sufrido allí desde que el Gobierno provisional tomó el poder. (...) La explosión (...) tiene la clara intención de desestabilizar al Gobierno, enviar un mensaje a las tropas de paz internacionales y dar ánimos a los islamistas que quieren vengar la derrota de los talibanes. (...)

Los esfuerzos por encontrar a los líderes de Al Qaeda y romper las redes terroristas operativas han sido un completo fracaso. Ni las tropas estadounidenses ni las británicas, pese a estar meses peinando las montañas del sureste de Afganistán, han logrado encontrar a combatientes talibanes. No hay rastro de Bin Laden u otros líderes, pero tampoco hay pruebas de que hayan muerto. Y lo que los servicios secretos sacan en claro de los sospechosos detenidos sugiere (...) que Al Qaeda está lejos de su derrota y se está reagrupando. (...)

La supervivencia de Karzai es vital no sólo para Occidente, sino también para Afganistán. Con su sabia manera de desempeñar el cargo demuestra que el islam es compatible con los derechos humanos, la democracia y el pluralismo. (...) Pero existe el peligro de que sea visto como una marioneta, sobre todo de Occidente. (...) Su mayor esperanza es conseguir rápidas mejoras materiales en el país. (...)

Londres, 6 de septiembre