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El erizo que viajó en coche hasta Latina

La Policía Municipal ha recogido 125 animales exóticos y silvestres en la vía pública de la capital desde el pasado enero

F. Javier Barroso

El Arca de Noé tiene sucursal en la capital, o al menos eso parece a raíz de la recuperación de 125 animales desde inicios de año efectuada por la Policía Municipal. Especies exóticas como serpientes pitón o iguanas se han mezclado en las calles y parques de Madrid con halcones, búhos y hasta un joven corzo. Los ejemplares suelen llegar desde zonas silvestres a las primeras casas de los barrios más externos, o bien se escapan de las guaridas y jaulas en las que crecen en cautividad.

La presencia de estos animales, además de sorpresa, llega a producir un gran susto a los viandantes, según reconocen los agentes de la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía Municipal. 'No resulta raro que nos llame una persona muy asustada porque ha encontrado una iguana de gran tamaño en su terraza y no sabe de dónde ha salido', explica un suboficial.

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El rescate del animal se complica si se hace en plena calle, lo que obliga en muchos casos a cortar el tráfico durante horas hasta que es capturado. Uno de estos casos ocurrió con un buitre que fue a parar a plena calle de Orense (Tetuán). Cayó cerca de los locales comerciales ante la sorpresa de los viandantes. 'Fuimos rápidamente y, al verse en una zona con tanto edificio, no supo reaccionar. Le tiramos unas redes y luego lo envolvimos en un trapo para que no desplegara las alas', recuerda un agente que participó en la captura.

Pero, ¿cómo llegan estas especies tan raras a la capital? Generalmente es un misterio. En el caso del buitre, existe una colonia muy importante en la provincia de Segovia, en las hoces del río Duratón. 'Estos animales se mueven por corrientes de aire caliente. Quizá cogió una que le trajo hasta aquí y luego, dentro de la capital, no pudo salir y llegó planeando hasta el suelo. La verdad, parecía muy asustado', añade el suboficial.

Uno de los casos más curiosos a los que se han enfrentado los agentes ha sido un joven corzo que apareció en mayo en la calle de Antonio de Cabezón (Fuencarral) a primera hora de la mañana. Según dedujeron los agentes, fue recogido por alguien que acudió al campo y lo vio fuera de la camada, de la que se había perdido. Esta persona lo trajo hasta Madrid y, cuando el animal se espabiló con la llegada del día, huyó a su libre albedrío. 'Compramos con nuestro dinero suero en una farmacia cercana y un biberón con el que le dimos de beber, porque estaba deshidratado', rememora el agente que lo cogió. El animal fue llevado a una finca de la carretera de Colmenar Viejo, donde se recuperó.

Pero los policías no se enfrentan sólo con especies de grandes dimensiones. A veces tienen que vérselas con erizos, de los que desconocen su procedencia. 'Lo mismo los encuentran en un parque o en una calle, como ocurrió hace poco en Latina. Creemos que, cuando la gente va al campo, los erizos se refugian en los motores de los coches porque están calientes, y cuando llegan a Madrid se bajan del vehículo', analiza el suboficial.

'Lo más peligroso suelen ser las serpientes, ya que hay que ir con mucho cuidado hasta que ves si son venenosas o no. De hecho, nos hemos fabricado unas pinzas largas para poder movilizarlas a distancia sin que le piquen al policía', explica otro agente. En los últimos nueve meses, los policías han recuperado dos serpientes pitón, otras dos corales y 13 autóctonas. 'Las iguanas, sin embargo, no paran de arañarte hasta que las apresas', concluye.

Una vez capturados, los animales son entregados al centro de recuperación de aves nocturnas El Brinzal, con sede en la Casa de Campo. Si se trata de especies más exóticas, como serpientes, iguanas o tortugas, suelen entregarse en el zoo, donde crecen en cautividad o son puestas en libertad tras recuperarse.

El trabajo de la Unidad de Protección del Medio Ambiente no termina ahí. También investiga si el dueño ha abandonado al animal o si se ha escapado. Si se trata de especies exóticas, que no crecen en España, averiguan si sus propietarios los han adquirido legalmente o han sido introducidos en la región sin cumplir el Convenio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna, que regula este tipo de importaciones. 'Si vemos que es el propietario el que nos lo entrega, como ocurre muchas veces, no hacemos nada, pero, si vemos algo sospechoso, intentamos averiguar su origen. Por eso controlamos mucho las casas de venta de animales', comenta el suboficial.

Otras especies apresadas, propias del Arca de Noé, han sido un azor, un colirrojo, tres halcones, cinco avutardas, ocho búhos y 13 cernícalos.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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