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El sureste de la región clama contra la 'siembra' de plantas generadoras que pretende Ruiz-Gallardón

El proyecto del Gobierno regional de Alberto Ruiz-Gallardón que se ha encontrado con más vecinos en contra ha sido, sin duda, la central que la multinacional estadounidense Entergy -ahora vendida a la belga Electrabel- tenía pensado instalar a 1.700 metros de las casas de Morata de Tajuña, una localidad de 5.000 habitantes del sureste de Madrid. La central, con una capacidad de producción de 1.200 megavatios, similar a una central nuclear, y sus tres chimeneas de 80 metros dibujadas en el proyecto de la planta, dan pánico no sólo a los vecinos de Morata, sino al resto de pueblos comprendidos en un radio de 20 kilómetros.

El 24 de septiembre de 2001 más de 2.000 personas se manifestaron en el pueblo para mostrar su oposición a la construcción de la central y los vecinos entregaron más de 1.100 firmas ante la Delegación de Gobierno en Madrid. En Morata siempre han temido que la emisión de los gases de esta macrotérmica perjudique la salud de sus habitantes. La asociación de vecinos de la localidad ha solicitado en reiteradas ocasiones un estudio sanitario, pero aún no se ha realizado.

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Ecologistas en Acción considera que una central térmica que genere 1.200 megavatios al año emite a la atmósfera óxidos de nitrógeno (NOx) que alcanzan los 375 kilogramos/hora. 'Estas sustancias, aparte de los problemas de lluvias ácidas que generan, son precursores de la formación de ozono troposférico, un peligroso contaminante que alcanza valores alarmantes en la atmósfera cuando las condiciones meteorológicas facilitan su formación', explica Ladislao Martínez, secretario de la organizión ecologista y miembro del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que estudia éste y otros proyectos. 'Está en peligro la salud de las miles de personas que residen en un radio de 20 kilómetros', aseveró Martínez.

Pero, no pararon ahí las cosas y, en pleno mes de agosto, otro proyecto de central térmica alertó, de nuevo, a los vecinos del sureste. En esta ocasión la localidad elegida ha sido Fuentidueña de Tajo (2.200 habitantes), al pie del kilómetro 60 de la carretera de Valencia y a escasos kilómetros de la linde con la provincia de Cuenca y de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. También allí han montado su plataforma particular contra la central.

Aunque todavía no existe un proyecto definitivo de la planta, sí conocen que el proyecto de Unión Fenosa robará 230 litros de agua por hora al río Tajo para su refrigeración. El pasado 24 de agosto, miembros de la Plataforma Antitérmica de Fuentidueña se manifestaron con el apoyo de varias localidades de Toledo y Cuenca. En los próximos días, el Ayuntamiento de la localidad, gobernado por una mayoría socialista, celebrará un pleno extraordinario en el que solicitará al resto de los grupos políticos municipales una oposición unánime a la construcción de la central.

El último caso se daba a últimos de agosto en Arganda del Rey, también en el sureste de Madrid, a la altura del kilómetro 27 de la carretera de Valencia.

La empresa norteamericana Global 3 Energía ofrecía a los munícipes de Arganda instalar en la localidad una nueva central térmica de gas con capacidad para convertirse en ciclo combinado. El alcalde de Arganda, Pedro Díez Olazábal, rechaza el proyecto por razones de 'conciencia medioambiental', explicó.

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