Chip antisecuestros para niños
Una pareja británica implantará a su hija un localizador electrónico
Tecnología contra el miedo. Una pareja británica ha decidido implantar a su hija de 11 años un microchip bajo la piel para poder tenerla localizada en todo momento. Es su respuesta a la ola de preocupación que sacude el Reino Unido tras el asesinato de las pequeñas Jessica Chapman y Holly Wells. El experto en cibernética Kevin Warwick, el primer hombre que se insertó un microprocesador en el cuerpo, será el encargado del implante. Este profesor de la Universidad de Reading (al oeste de Londres) asegura haber recibido 'numerosas' peticiones similares por parte de las familias.
La pequeña Danielle Duval será la primera en recibir el microchip, a final de año. Se le instalará en un brazo o en el estómago mediante una intervención de varios minutos con anestesia local. Los padres de la menor, Paul y Wendy, aseguran que tomaron la decisión tras el hallazgo de los cuerpos de Jessica y Holly, las dos niñas de 10 años asesinadas el mes pasado. El conserje del instituto de su pueblo, Soham, está acusado del crimen de las pequeñas. El suceso, que ha consternado a los británicos, ha puesto también sobre el tapete la seguridad infantil.
Ese es, precisamente, el argumento de los Duval. 'Creo que es justo garantizar que nuestra hija esté segura', ha señalado la madre a la prensa británica. 'Es una vergüenza que haya que recurrir a estas medidas para que un hijo esté seguro, pero prefiero esto a que le pase algo', añadió. La niña también se muestra contenta: 'Me sentiré mucho más segura porque mi madre sabrá dónde estoy'. La familia reside en Reading, en cuya universidad ejerce la docencia Kevin Warwcik
Según ha detallado este profesor de cibernética, el microchip subcutáneo permite localizar rápidamente a su portador a través de las redes de telefonía móvil o del sistema de localización vía satélite (GPS en su siglas en inglés). Este transmisor, de un centímetro y medio, se activa sólo en caso de recibir la señal de búsqueda. El coste del dispositivo de silicio ronda los 30 euros. El posible secuestrador de un niño desconocería la presencia del implante, añadió el profesor.
Warwick, que se injertó un microchip conectado a un ordenador para investigar si los implantes electrónicos permitían mejorar las condiciones de vida de las personas paralíticas, cree que el implante de microporcesadores en los niños será una cuestión polémica, ya que plantea un debate ético.
La controversia ya está servida. Un portavoz de la fundación infantil Kidscape ha criticado la iniciativa de la familia Duval. 'Hay que enseñar a los niños los posibles peligros que pueden correr en lugar de implantarles cualquier cosa con la esperanza de poder seguir su rastro después, cuando quizá ya sea demasiado tarde', dijo.
En España, el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, se suma a la crítica. Considera que la implantación del microchip a Danielle Duval es una medida 'improcedente, inadecuada y desproporcionada', informa F. Javier Barroso.
Núñez Morgades considera que la decisión de la familia Duval puede tener más efectos negativos que positivos. A su juicio, el microchip infantil 'coarta la libertad y rompe la confianza de los padres sobre los hijos'. 'Además, puede crear un síndrome brutal en la niña al ser vigilada y controlada permanentemente', añade.
'Pido que no se les ocurra hacer nada de esto, porque los daños psicológicos van a ser mucho mayores de lo que creen. Estas medidas deben ser tomadas con gran serenidad, si no queremos convertir a los niños en seres teledirigidos con mandos a distancia', concluye el Defensor del Menor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.