ETA intentó matar con 30 kilos de dinamita a cuatro 'ertzainas'
Los agentes iban a un centro de toxicómanos que rechazan los vecinos
ETA intentó el sábado por la noche volar una furgoneta ocupada por cuatro ertzainas que se dirigía a custodiar el centro de toxicómanos Hontza, en el barrio bilbaíno de Zamakola. La bomba, una olla cargada con más de 30 kilos de dinamita, no explotó, posiblemente al fallar el mecanismo de activación por control remoto, por lo que pudo ser desactivada por artificieros de la Ertzaintza. La policía vasca está en alerta máxima desde el día 14 y algo más, si cabe, tras ejecutar las órdenes de Baltasar Garzón de cerrar las sedes de Batasuna.
La furgoneta bomba, una Volkswagen Transporter azul con cristales tintados, había sido robada a punta de pistola sobre las 13.30 horas del sábado en la carretera que atraviesa el alto de Dima, por tres encapuchados que surgieron de la niebla. Los etarras mantuvieron retenido durante dos horas y media al dueño, antes de dejarle atado a un árbol, según fuentes de la lucha antiterrorista.
Los ladrones, posiblemente tres liberados (fichados y a sueldo) del comando Vizcaya, no cambiaron la matrícula de la furgoneta, seguramente confiados en que el dueño no lograría zafarse antes del atentado. Pero lo logró y, sobre las siete de la tarde, la Ertzaintza ya había dado la alerta.
La furgoneta, aparcada junto a un murete de la calle Zamakola (elegida ya por ETA en 1994 para asesinar a un guardia civil, y en 2000, para intentar volar un coche del instituto armado que escoltaba un envío de explosivos), fue descubierto por un vehículo de la Ertzaintza ocupado por cuatro agentes, según las fuentes consultadas.
Los funcionarios se dirigían, sobre las 10 de la noche, a custodiar el centro Hontza, un local de Cáritas para la acogida nocturna de toxicómanos que desde su apertura ha sido rechazado por los vecinos con concentraciones diarias y que reabrió en diciembre tras, estar cerrado por incidentes entre vecinos y la policía vasca.
La bomba estaba lista para ser activada 'en cualquier momento' por radiocontrol. Las fuentes consultadas creen que los etarras pulsaron el botón al paso de los ertzainas y que la bomba no estalló o bien el conductor de la furgoneta policial activó el inhibidor de frecuencias al localizar la furgoneta. 'Está claro que que la Ertzaintza era el objetivo y que este cuerpo debe estar preparado para todo lo que se le viene encima', dijeron.
La Ertzaintza cerró un cordón de 800 metros de diámetro en torno al vehículo y alertó con megáfonos al vecindario. Con gran cautela y la ayuda de un robot y un perro, extrajo el explosivo -más de 30 kilos de dinamita montados sobre una olla enfocada hacia la calzada-. Tras casi cinco horas de trabajo, el artefacto fue desactivado y la furgoneta, retirada.
Los servicios antiterroristas creen que ETA, 'por su propia dinámica, no tenía más remedio' que contestar al cierre de sedes de Batasuna, a sabiendas de que un atentado cercenaría posibles muestras de solidaridad hacia la formación y dañaría los apoyos para la marcha del día 7 en Bilbao. Los autores son supuestamente miembros del comando Vizcaya que operan con autonomía y que 'se están centrando en la Ertzaintza'.
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