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Reportaje:DE SUS PROPIAS FUENTES

El menú del mar

El azar de las capturas confecciona la carta del local Rykar'dos, cuyo propietario dispone de barca propia con la que autosuministrarse de materias primas

Es difícil desentrañar en el maremágnum de bares, tascas, restaurantes y cafeterías que se sitúan al lado del mar en Puerto de Sagunto, dónde se encuentra nuestro destino, dónde debemos depositar nuestros cansados huesos tras una inclemente jornada de sol y agua. Todavía más preocupante resulta el problema si estamos interesados en la gastronomía local, aquella que obligatoriamente se ha nutrido de las primeras materias que se recogen en las inmediaciones y además en el momento oportuno, a las que podemos calificar, sin sombra de duda, como 'de temporada' o 'de mercado', moderno concepto que encubre la vieja costumbre de comer aquello que era factible, teniendo en cuenta las posibilidades tanto económicas como de transporte a lo largo de la historia.

La mayor parte de los días la embarcación es incapaz de obtener toda la pesca necesaria
A las seis de la tarde pone el trasmallo y a las seis de la madrugada lo recoge

Se impone la reflexión, la cual da como fruto y conclusión que la congestión de visitantes en esta época del año en las zonas costeras imposibilita, por simples razones numéricas, que todos retornen satisfechos a sus hogares, tras haber consumido su ración de pescado fresco, recién recogido de la cercana playa; por eso, únicamente los que han sabido elegir -deberíamos llamarles los elegidos- podrán alcanzar la dicha.

En el restaurante Rykar'dos podemos hacer acopio de la parte comestible de mar que nos corresponde, recién traída para nosotros por su propietario, Ricardo Andrés, que goza de las cualidades de pescador y restaurador resumidas en una sola persona. A las seis de la tarde, pone el trasmallo, y a las seis de la madrugada lo recoge para ver qué comerán ese día los clientes de su restaurante. El azar de las capturas confecciona la carta del local y todos se sienten satisfechos. De la mar a la mesa, como en un soplo, allí van los tigres -versión humilde del lenguado- y boquerones, mezclados con las escorpas y las pescadillas, todos capturados a escasos metros de la arena, aprovechando en cada estación el desove de los animales u otras circunstancias que los atraen a la orilla, para no adentrarse demasiado en los peligros de la mar, que eso queda para los compañeros con embarcaciones mejor pertrechadas.

No obstante, la mayor parte de los días la barca es incapaz de realizar tantas capturas como los clientes son capaces de saborear, y es necesario acudir al vecino en las tareas de pesca para que nos complemente el menú; para que nos reserve -así sea tras su paso por la lonja- las variedades que la jornada pesquera haya deparado, sean éstas langostinos o mínimos calamares, aquellos que nos transmiten en sus carnes prietas y tras un breve paso por la plancha, el sabor casi olvidado de sus hermanos mayores, cuando todavía no habían tomado carta de naturaleza y exclusividad las potas y voladores, o los grandes camarones, extraídos en el otro confín del mundo y congelados y empaquetados en espera de su destino final, que no es otro que nuestros estómagos, (por supuesto sin detenerse en el paladar).

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Cabe, pues, en este local sin lujos, aceptar lo que el día nos depara o intentar torcer la voluntad de los dioses y solicitar, por anticipado, que nos cocinen algún guiso de los llamados marineros, que ya se encargará el patrón de que las barcas lleguen ese día con las especies requeridas para prepararlas con los antiguos ritos, trasmitidos oralmente, durante generaciones, de padres a hijos en el momento de preparar la comida a bordo.

Aunque este último aspecto, quizás sea una fantasía o un rumor que se propaga desde la noche de los tiempos, porque ¿Quién vio alguna vez a los marinos deleitarse con las langostas y bogavantes que sus artes recogían?

Rykar'dos. Virgen del Losar, 24. Puerto de Sagunto. Teléfono: 630 950 071

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