LA MOSTRA SE JUEGA SU FUTURO EN UNA EDICIÓN LLENA DE INCÓGNITAS

No faltarán las divas y divos de Hollywood en la 59ª edición del Festival de Cine de Venecia, que se inicia hoy, pero todos tendrán que conformarse con el tono austero dictado por el nuevo director, el suizo Moritz de Hadeln. De Hadeln, hasta hace poco director del Festival de Berlín, apuesta en esta edición de la Mostra, que coincide con su 70º aniversario, por un cine más en sintonía con el mercado y con los gustos del público, en un intento de salvar el festival amenazado por una fuerte competencia. El programa oficial contiene títulos que han despertado grandes expectativas, como Frida, la historia de la atormentada pintora mexicana, o Camino a la perdición, del británico Sam Mendes, que ya conquistara un Oscar con American Beauty. Pero la incógnita planea sobre la mayoría de los 77 largometrajes que se exhibirán en esta Mostra.

El director Moritz de Hadeln ha abolido la alfombra roja por la que desfilaban las estrellas

Sofía se presenta en Venecia más en su faceta materna que artística para apoyar a su hijo Edoardo Ponti

La presencia española se limita a las películas El caballero Don Quijote, de Manuel Gutiérrez Aragón; Pasos de baile, de Jhon Malkovich, que se presentan fuera de concurso, y Poniente, de Chus Gutiérrez, y La virgen de la lujuria, de Arturo Ripstein, que competirán en la sección Contracorriente. Habrá, en cambio, actores españoles en filmes extranjeros, el más esperado, seguramente, es Sergi López, intérprete de Dirty Pretty Things, de Stephen Friars, una historia de inmigrantes en la Inglaterra de hoy en la que comparte la pantalla con la francesita Audrey Tatou. En vísperas del aniversario del 11-S, De Hadeln ha querido traer a la Mostra la película colectiva 11'09'01, en la que 11 diferentes directores presentan una breve historia más o menos relacionada con el atentado a las Torres Gemelas.

El antiguo director de la Berlinale ha abolido además la pasarela, el recorrido alfombrado entre el hotel Excelsior (cuartel general de productores y estrellas) y la Sala Grande, donde se proyectan las películas, para evitarles, dice, a los numerosos actores y directores poco conocidos el mal trago de atravesar ese 'desierto rojo' en medio de la indiferencia del público. Ha sido una decisión muy criticada, pero el jefe de la Mostra no se ha dejado presionar, decidido como está a imponer un nuevo estilo en Venecia. Salma Hayek, Harrison Ford, Tom Hanks y Sofía Loren, John Malkovich y Catherine Deneuve tendrán que conformarse con una breve sesión fotográfica a la entrada del Palacio del Cinema. La actriz mexicana será hoy la máxima atracción, junto a la Loren, en la ceremonia inaugural. La veterana Sofía se presenta en Venecia más en su faceta materna que artística, porque viene a apoyar con su presencia el filme Between strangers, dirigido en Canadá por su hijo menor, Edoardo Ponti, de 28 años, que se presenta fuera de concurso.

El máximo interés se concentra, con todo, en las 21 películas que compiten por el León de Oro en la sección principal de la Mostra. Aparte de la estadounidense Camino a la perdición, de Mendes, con Tom Hanks y Paul Newman, una historia de familias mafiosas de la que se han escrito ya toneladas de artículos, son pocos los títulos que (ya sea por la categoría de sus directores y actores o por la trama) han dado que hablar. Italia se presenta con tres películas, de las que sólo parece destacar, al menos a juzgar por el despliegue mediático con que ha sido anunciada, Un viaggio chiamato amore, interpretada por Laura Morante. Francia, un país mimado en todas las ediciones de la Mostra, compite con tres títulos y trae al Lido a dos viejas glorias, la veterana Catherine Deneuve, intérprete del remake Au plus près du Paradis, y el incombustible rockero Johnny Hallyday, que interpreta el papel de un extranjero misterioso en L'homme du train.

Alemania está presente (no podía ser de otro modo, dado el reciente pasado de Moritz de Hadeln) con otras tres cintas -una de ellas sobre jóvenes neonazis-, al igual que Estados Unidos y Gran Bretaña, con dos. Rusia, Portugal, Polonia, Corea, Taiwan y Japón, con un filme cada uno, completan el panorama de la sección Venecia 59. Las películas en concurso abordan problemas espinosos como el sexo de las personas con discapacidades, los recuerdos de los campos de concentración nazis, la vida cotidiana de pequeños mafiosos y hasta los conventos cárceles.

Pero Venecia ofrece más. Fuera de concurso se presenta en sus dos facetas de actor y de director John Malkovich, protagonista de Ripley's game, de Liliana Cavani, y director de Dancer upstairs, centrado con no poca osadía en la historia de la detención del líder del grupo terrorista peruano Sendero Luminoso. En la misma sección se proyecta K-19: The Widomaker, dirigido por la norteamericana Kathryn Begelow y con Harrison Ford como principal estrella. En competición, aunque en la sección Contracorriente, no oficial, presenta el norteamericano Steven Soderberhg su película Full frontal, con Julia Roberts y Brad Pitt, rodada con cámara digital y de forma más o menos experimental y sarcástica. Lástima que la Roberts no haya estado disponible para la Mostra. En este mismo espacio se proyectará Lilja 4-Ever, de Lukas Moodysoon, uno de los directores más refrescantes y divertidos que ha descubierto el Festival de Venecia hasta la fecha. También la española Chus Gutiérrez competirá por el premio de Contracorriente con su película Poniente, que habla de cambios sociales, inmigrantes y sociedades en plena transformación. Venecia, cumple 70 años consciente de sus limitaciones, circundada por decenas de otras experiencias festivaleras. Su sueño es seguir siendo fiel a lo que dicen que dijo un día Rainer Fassbinder al compararla con el Festival de Cannes. 'A Cannes se va a comer bien, a Venecia a ver cine'.