Sanidad estima que en Cataluña hay unas 1.000 torres de refrigeración clandestinas

El Gobierno catalán revisará con urgencia el estado de todas las torres de refrigeración censadas para comprobar el grado de cumplimiento de la normativa que regula el periodo de inspección y limpieza de estas instalaciones. La Generalitat destinará 240.404 euros a este programa, que marca un periodo de tres a cuatro meses para llevar a cabo la revisión de las aproximadamente 1.000 torres censadas en los registros municipales. Sin embargo, Sanidad cree que en realidad existen otras tantas torres de refrigeración que no han sido censadas y que, por tanto, funcionan de forma clandestina.

La medida ha sido adoptada después de que desde varios sectores se haya criticado la ineficacia del decreto que la Generalitat promulgó el pasado mes de mayo. La normativa establece la obligatoriedad de inspeccionar las torres cada seis meses y de aplicar los instrumentos adecuados para su mantenimiento y desinfección. Sin embargo, esta legislación fue puesta en tela de juicio inmediatamente después del hallazgo de las cuatro primeras torres contaminadas en el barrio de Cerdanyola de Mataró. Todas ellas, según los responsables sanitarios, cumplían el decreto y, no obstante, ello no evitó que se hallasen restos de legionela, aunque no se las considera causantes del brote. Éste ha partido, según los primeros análisis, de una quinta torre, perteneciente a la empresa Hielos del Maresme, que operaba de forma ilegal.

Lluís Salleras, director general de Salud Pública, explicó ayer que la medida ha sido adoptada porque algunas empresas 'tienen las torres censadas, pero no llevan a cabo la limpieza y desinfección de forma correcta'.

El brote ha afectado a 105 personas después de que ayer se conociera un nuevo caso que no necesitó hospitalización. Continúan ingresados 11 pacientes, uno de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos. La mujer a quien se le diagnosticó ayer neumonía por legionelosis desarrolló los síntomas el día 23 de agosto, por lo que entra dentro del periodo de incubación de la enfermedad -que se estima en unos 10 días- desde que el pasado día 16 se clausuró la torre de Hielos del Maresme, a la que se atribuye la infección. Precisamente, ayer finalizó este plazo, de forma que si las hipótesis de las autoridades son ciertas y hay una sola torre contaminante, ninguna otra persona de Cerdanyola debería desarrollar ya los síntomas de la legionela.

De todos modos, las investigaciones que lleva a cabo el Departamento de Sanidad aún no han determinado de forma concluyente el origen del brote. Para ello deben concluir los análisis que determinan qué serogrupo concreto ha causado la infección en cada paciente y compararlo con los encontrados en las cinco torres infectadas. De momento se ha encontrado el serogrupo de la torre de Hielos del Maresme en cinco pacientes, pero los análisis completos no se conocerán hasta dentro de una semana.

Por otra parte, varios partidos políticos pidieron ayer al Gobierno catalán la aplicación de medidas de control más estrictas para prevenir y evitar brotes como el de Mataró. A las declaraciones de la diputada del PP en el Parlament Àngels Esteller sobre la necesidad de llevar a cabo todas las inspecciones que establece el decreto de la Generalitat, se sumaron las reclamaciones de ICV y ERC. En declaraciones a Efe, el portavoz de ICV, Joan Boada, propuso que a partir de ahora 'se ejerzan controles más estrictos y se endurezcan las sanciones' para que no se repitan episodios como el del barrio de Cerdanyola. Boada también anunció que su formación pedirá responsabilidades en el Parlament. Por su parte, ERC solicitará una reunión con carácter de urgencia de la comisión de Política Social para que el consejero de Sanidad, Eduard Rius, dé explicaciones sobre el brote.