Camarles prepara un referéndum para paralizar la granja de cría de monos destinados a la investigación
El alcalde de Camarles, Carmelo Redó, se comprometió el miércoles por la noche, en una asamblea a la que asistieron medio millar de vecinos, a convocar un pleno extraordinario para debatir la realización de un referéndum popular sobre la implantación en la población de una granja de cría de monos destinados a la investigación.
El consistorio estudiará los plazos necesarios para la convocatoria del referéndum, que precisa del visto bueno del Gobierno central, puesto que si el proceso es muy largo podría no llegar a tiempo para la paralización de la granja, que ya se está construyendo.
Entre 400 y 500 vecinos, de los casi 3.000 de la población, asistieron a la asamblea. Ante la presión popular, el alcalde se comprometió a la realización de un referéndum, siempre que se pueda llevar a cabo con la mayor premura posible. Redó convocó al pleno del Ayuntamiento para la tarde de hoy con el único objetivo de debatir sobre la autorización de la granja de monos y la paralización de las obras.
El ambiente es tan crispado en la población que los asistentes a la asamblea se mostraron hasta dispuestos a sufragar la indemnización que reclama la empresa, Centre de Recherches Primatologiques, entre 1,2 y 1,8 millones de euros.
Los vecinos ya organizaron una manifestación el 27 de julio en la que participaron más de 600 personas y que contó con la participación de las entidades Ecologistas en Acción y Fundación Altarriba, que se oponen al uso de animales en la investigación. Tanto los vecinos como las entidades proteccionistas aseguran que los monos pueden resultar peligrosos tanto para la salubridad pública como para la sostenibilidad ecológica del delta del Ebro.
Los miembros de la plataforma local sostienen además que hay irregularidades en la concesión de los permisos tales como que la granja está situada en unos terrenos calificados como agropecuarios, 'como si los monos fueran gallinas o cerdos', según explica el portavoz de la plataforma, Tomàs Queral.
La previsión de la empresa es criar hasta 1.600 macacos procedentes de islas Mauricio para aprovisionar a laboratorios químicos y de toxicología de toda Europa. La empresa ha asegurado siempre que cumple con la normativa europea, que es imposible que los monos puedan ser portadores de alguna enfermedad puesto que de ser así no servirían para la investigación y que nada más nacer en cautividad se controlan mediante la incorporación de un chip.
El abogado de la empresa, Antoni Faura, indica, además, que los monos vivirán en un gran espacio acondicionado como su hábitat natural y que en ningún momento, ni en la granja ni durante su transporte, padecerán malos tratos.
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