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Reportaje:

Pendientes de la edad de Greenspan

La futura jubilación del presidente de la Reserva Federal, de 76 años, empieza a inquietar a los mercados financieros

A sus 76 años, Alan Greenspan es el presidente de la Reserva Federal más viejo de la historia, y casi a diario circulan nuevos rumores sobre que podría estar a punto de abandonar el cargo tras una larga carrera al frente del mayor banco central del mundo.

Probablemente se equivocan. Greenspan todavía disfruta de una posición claramente fuerte y no da muestras de que vaya a dejar el puesto a corto plazo, según señalan sus colegas de la Reserva Federal (Fed), funcionarios de la Administración de George Bush y otros que le conocen, la mayoría de los cuales no quieren ser identificados. Pero, dada la edad de Greenspan y otros factores como el actual alboroto en los mercados financieros, existe una sensación de inquietud creciente ante la certeza de que algún día tendrá que dejar el puesto.

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A inicios de 2002, altos miembros de la Administración elaboraron una lista con posibles sucesores, pero la iniciativa no ha ido más allá. Mientras los economistas especulan sobre varias posibilidades -incluido el subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, John B. Taylor; el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, William J. McDonough, y el asesor de la Casa Blanca Lawrence B. Lindsey-, lo cierto es que, de momento, sólo se trata de nombres.

Entre las razones para la inquietud se encuentra el hecho de que no existe un guión que el sucesor pueda seguir. El liderazgo de Greenspan en la Fed ha sido eminentemente personal.No existe un método Greenspan. Varios economistas y uno o dos miembros de la Fed argumentan que la institución debería adoptar algún tipo de regla, como establecer un objetivo de inflación, que guíe su política en el futuro.

'¿La estancia de Greenspan en la Reserva Federal dejará un legado para los responsables de la política monetaria o no?', se pregunta el profesor de Economía de la Universidad de Harvard N. Gregory Mankiw en un libro reciente (American Economic Policy in the 1990s). 'La política nunca ha sido explicada completamente. La única política consistente parece ser: estudia todos los datos cuidadosamente y, después, fija los tipos de interés al nivel correcto', explica.

Algunos en la Fed confían en que el próximo presidente lo haga tan bien como Greenspan. Pero otros tienen dificultades a la hora de visualizar a otro con la experiencia y la credibilidad de Greenspan, al frente del banco central desde agosto de 1987. Su liderazgo contribuyó a calmar los mercados financieros tras el crash bursátil de 1987, la crisis de la deuda rusa de 1998 y el desplome bursátil tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.

Se adelantó a otros economistas cuando previó la aceleración de la productividad de EE UU en los noventa, un cambio que permitió al país crecer más rápido y que hizo caer la tasa de paro sin tensiones inflacionistas de una manera que pocos creían posible. Ninguno de los candidatos mencionados cuenta con una credibilidad similar. Como mucho, podrían ganarse una reputación con el tiempo. Claro que Greenspan tuvo que pasar por lo mismo. En 1987, cuando la Casa Blanca dijo que quería sustituir al predecesor de Greenspan, Paul A. Volcker, muchos escépticos dudaron de Greenspan. Greenspan es cauteloso. Volcker era más espontáneo. 'Es como si se intentara juzgar a Beethoven y Mozart', indica Robert V. DiClemente, de Salomon Smith Barney. 'Es una cuestión de gusto'.

La misión de la Fed consiste en estabilizar los precios y procurar altos niveles de empleo a través del control de los tipos de interés. Quizás la preocupación primordial reside en si el sucesor actuará sobre los precios. Ésta es la razón por la que a algunos economistas les gustaría que se fijara un objetivo de inflación, por ejemplo, entre el 1% y el 3%. Pero existe poca disposición en la Fed a adoptar este sistema.

Ayudados por un resurgir inesperado de la eficiencia económica en los últimos años de la década pasada, Greenspan y sus colegas de la Fed se las han arreglado para estabilizar los precios. En los últimos cuatro años, la inflación ha sido de promedio de un 1,6% anual, muy por debajo del 4% de finales de los ochenta.

Decisiones clave

Entre las decisiones clave tomadas por la Reserva Federal en años recientes, se encuentra la de subir agresivamente los tipos de interés en 1994, cuando existía un grave peligro de recalentamiento de la economía. El resultado fue que la inflación se mantuvo a raya. El robusto crecimiento económico hizo que la tasa de desempleo descendiera hasta el 4% en 2000, justo antes de que comenzara a subir con la recesión de 2001. En julio pasado, la tasa se encontraba en el 5,9%.

Greenspan tiene sus críticos. Se quejan de que debería haber empezado a subir los tipos a principios de 1999 para ayudar a la economía a alcanzar un aterrizaje suave tras varios años de crecimiento espectacular. Otros recriminan a la Fed que no bajara los tipos más rápidamente después de que pinchara la burbuja de Internet en 2000.

El debate sobre la sucesión es, no obstante, prematuro. Todo apunta a que Greenspan permanecerá en el cargo hasta 2005, e incluso podría extender su mandato hasta 2006. Pero los rumores sobre su retirada abundan. Si abandona ahora, le daría a George Bush la oportunidad de designar como sucesor a un candidato republicano antes de las elecciones presidenciales de 2004.

Si Greenspan permaneciera en el puesto hasta 2006, no sólo se convertiría en el presidente más viejo en la historia de la Fed, sino también en el que más tiempo ha estado al frente del banco central, superando el récord de 18 años y 10 meses que estuvo William McChesney Martin Jr., que llegó al puesto en 1951.

Alan Greenspan.
Alan Greenspan.REUTERS

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