UNA VISIÓN SIN COMPLEJOS DE LA HISTORIA
García de Cortázar repasa en Santander el pasado y el presente de España a través de sus imágenes y su literatura
Intenta entender el pasado a pie de obra. 'La Historia tiene que hacerse dueña de la calle', dice Fernando García de Cortázar, maestro de la divulgación, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Deusto, autor de best-sellers, jesuita díscolo y provocador, de palabra firme y molesta para muchos, que esta semana ha impartido un curso magistral en la Menéndez Pelayo de Santander: De Atapuerca al euro. Imagen y palabra de España.
Durante la semana ha explicado su tema a partir de imágenes y literatura. Empezó por la Dama de Elche: 'La primera gran representación de la mujer y un signo del mestizaje que ha forjado este país, con rasgos de Oriente y nativos', cuenta el historiador, enemigo de los fundamentalismos y del integrismo nacionalista. Y acaba con la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. 'Es un icono que mira al futuro. Valencia es la ciudad española con más pujanza y la que ha experimentado una mayor transformación'.
Entre medias, incluye fotos de Mérida, El Escorial, la plaza de Medina del Campo, 'germen del capitalismo y la banca', dice; la Sagrada Familia, 'templo expiatorio de la burguesía'; las ruinas de Belchite, 'que muestran a Aragón como gran perdedora de la Historia de España' o los Pactos de La Moncloa, 'símbolo de la reconciliación y el consenso'.
Son los traumas, los éxitos, la sangre, el progreso, las tinieblas de una Historia de la que, dice, 'no debemos sentirnos acomplejados' y de la que extrae una conclusión interesante con respecto a la identidad nacional: 'Los franceses tienen una mayor identidad nacional porque han mantenido muchas guerras contra otros países; en cambio, nosotros, no la tenemos tan fuerte porque hemos sufrido demasiadas guerras civiles'.
La española es una historia con el peso de Roma: 'Es nuestra huella mayor. Somos más romanos que árabes, nos dieron la primera gran unidad, nuestra lengua es un latín norteño, las normas jurídicas, las estructuras viarias, hasta los dioses del Olimpo y el cristianismo'. Un cristianismo que ha pesado demasiado en los hombros. 'La Iglesia ha sido la mayor responsable del atraso ideológico en España'.
Lo malo es que los restos del nacional catolicismo subsisten. 'Sí, sobre todo en los nacionalismos catalán y vasco', comenta quien no traga bien el derrotismo de esas manifestaciones: 'Basan su identidad en los fracasos', afirma este miembro activo del Foro de Ermua, comprometido con el problema de Euskadi y al que se le adivina una sombría tristeza en su análisis del presente: 'Las cosas están peor que nunca'. Sabe de lo que habla. Él también es un penitente de libertad mermada que se niega a salir de allí. 'Si me marcho, es una victoria para ellos', concluye.
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