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Reportaje:

Los inuits buscan una sola voz

Los 'esquimales' celebran una cumbre en Canadá para reclamar sus derechos, unificar su idioma y defender su hábitat

Los llamaban esquimales hasta hace poco. Hoy son los inuit. Un abismo separa ambos términos: dos visiones del mundo, de la historia de esa comunidad de 150.000 miembros asentados en Groenlandia, Alaska y la regiones árticas de Canadá y Rusia. Esquimal es una palabra adoptada por los europeos y con la cual las tribus indias de América se referían a los 'otros', los 'extranjeros'. Inuit significa exactamente lo contrario: 'nuestro pueblo' en inuktitut, el idioma inuit. Entre una y otra, está una lucha milenaria para hacer reconocer sus derechos por Estados que los inuit consideraban como coloniales.

La Asamblea General de la Conferencia Circumpolar Inuit (CCI), que se reúne cada cuatro años y se abrió ayer en Kuujjuaq, al norte de Canadá, constituye un acontecimiento clave en esa larga historia de reivindicaciones. Convocados en el Centro de Convenciones recién inaugurado, bajo una temperatura sofocante a falta de aire acondicionado, los 72 delegados de las cuatro regiones tendrán hasta el jueves para elegir a un nuevo presidente, un Consejo Ejecutivo y debatir de los asuntos más candentes.

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El primero de ellos: la contaminación que afecta a sus territorios, sobre todo el uso de pesticidas. 'La contaminación orgánica es 10 veces mayor a la del resto de Canadá', explica Shela Watt-Cloutier, presidenta de la delegación canadiense.

La globalización amenaza también la economía tradicional de los inuit. 'Vienen de una cultura que sobrevive de la caza y la pesca', precisa Jane George, del Gobierno regional del Norte de Quebec, que asiste a la reunión. 'Quieren también formar parte de esa economía global y están muy aislados. Tienen televisiones, pero no tienen carreteras. Todo se hace por transporte aéreo', señala. En ciertas regiones no ha habido escuelas hasta hace 25 años, explica George. En otras, el paro alcanza un 60% y la tasa de suicidios es seis veces superior a la media nacional, según la BBC.

Las consecuencias de los cambios climáticos constituyen el tercer gran problema. 'En las regiones siempre heladas, el deshielo hunde las casas o las inundaciones obligan a evacuar a la gente', cuenta George. Además, los animales que cazan los inuits, focas, morsas o caribús, 'se han ido o sufren graves dificultades'.

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La preservación del inuktitut, hablado por el 98% de la comunidad en Canadá, pero sólo por el 10% en otras regiones como Alaska, inspira el lema de la convocatoria de este año: 'La voz inuit, alumbrando el mundo'. La Asamblea estudiará la posibilidad de establecer un sistema escrito común y unificado. 'Cada pueblo tiene un idioma estándar. El que vive en México puede comprar un periódico en español y leerlo. Aquí no. Cada dialecto se escribe de una manera distinta'. A mediados del del siglo XIX, los misioneros introdujeron el primer alfabeto, compuesto por ideogramas (cada uno una sílaba), para transmitir escritos religiosos. En 1988, se crearon los primeros caracteres digitales inuits adaptados a los ordenadores, una verdadera revolución para esa civilización oral.

La Conferencia Circumpolar Inuit celebra su cuarto de siglo de existencia. Se creó en 1977 para protestar contra vertidos de petróleo en aguas de Alaska. Los inuit pensaron entonces que 'unificarse a escala mundial les daría fuerza', comenta Watt-Cloutier.

La elección de un Gobierno regional inuit en Nunavut el año pasado constituye, según ella, 'un gran desafío'. En ese territorio, que ocupa la quinta parte de Canadá, el petróleo y el gas representan, respectivamente, el 5% y el 15% de las reservas del país. 'Ese autogobierno es un modelo que deberían seguir no sólo los otros inuit, sino los pueblos aborígenes del mundo entero', agrega. En la bandera de Nanavuk, 'nuestra tierra' en inuktitut, una estrella azul representa a la Estrella Polar, guía de los navegantes.

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