El palacio de Ruiz-Gallardón
A través de los medios de comunicación he podido enterarme de que el coste final de la construcción del nuevo Palacio de Deportes se elevará a tres veces más que el presupuesto inicial de su coste.
Sinceramente, me he sentido indignado. En primer lugar porque la construcción de un edificio de tal tamaño en el sitio donde estaba el antiguo es un puro disparate. Y, según tengo entendido, no fueron pocos los que así se lo hicieron ver a don Alberto Ruiz-Gallardón, pero este buen señor se obstinó en ordenar que el edificio se hiciera aunque para eso hubiera que invadir aceras, talar árboles centenarios y no tener en cuenta para nada que la zona está sumamente congestionada por la acumulación de grandes superficies comerciales, amén del pequeño comercio.
El señor Ruiz-Gallardón no estimó en lo más mínimo las tremendas molestias que un edificio de estas características iba a provocar entre los desdichados vecinos de la zona. Sería sumamente interesante que se lo pusieran a él al lado de su casa y con ocasión de determinados conciertos encontrara en el quicio de su portal a dos individuos orinando.
Las molestias que el Palacio de Deportes nos ha dado a los desdichados vecinos de la zona las sabemos todos y las hemos sufrido no ya con paciencia, sino porque no nos quedaba más remedio. Que diga la Policía Municipal la cantidad de quejas que ha recibido a este respecto. De modo que cuando ardió el edificio respiramos aliviados pensando que nos habíamos librado de la pesadilla.
Pero vino a resultar que don Alberto Ruiz-Gallardón debió determinar que un edificio con tal aforo le venía muy bien para sacar pecho y soltar sus discursos con ocasión de las próximas elecciones autonómicas y municipales.
¡Lástima que venga a resultar que hasta septiembre del próximo año no estará terminado! Señor don Alberto Ruiz-Gallardón, ¿usted quiere ser alcalde de Madrid?¿Se tomó siquiera la molestia de consultarnos a los vecinos de la zona del viejo Palacio de Deportes lo que deseamos que se hiciera a este respecto?
No lo siento, sino que me alegra decirle que no cuente con mi voto y me da la impresión de que no voy a ser yo sólo quien haga lo mismo en este barrio.
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