La avalancha de malas cifras acorrala al ministro italiano de Economía
Italia se despertó ayer con una avalancha de cifras negativas sobre la marcha de la economía que pone en cuestión la labor del Gobierno de Silvio Berlusconi y, más en concreto, la de su ministro de Economía, Giulio Tremonti. Crecimiento del producto interior bruto (PIB) de sólo el 0,2% en el segundo trimestre (que aleja la previsión del 1,3% de aumento para todo el año); caída de la producción industrial en el primer semestre del 3,6% (5,4% de retroceso sólo en junio) y previsiones de crecimiento de tan sólo el 0,2% para todo el ejercicio. Cada uno de estos datos sirvió para alimentar la munición de la oposición contra Tremonti.
El ambiente ya estaba caldeado en días pasados, cuando se conoció que la deuda alcanzó su máximo histórico (1,38 billones de euros) y que los ingresos fiscales en julio se redujeron en 5.100 millones de euros, circunstancia que deja en evidencia el deseo del Ejecutivo de bajar los impuestos.
Esa sucesión de diversos datos negativos ha puesto en el disparadero a Tremonti, un político muy cercano al primer ministro Silvio Berlusconi y cuya imagen pública tampoco es popular. El líder parlamentario de El Olivo, Francesco Rutelli, se mostró ayer convencido de que Berlusconi aprovechará las vacaciones de agosto para sustituir a Tremonti, porque 'en lugar de tener bajo control las cuentas del Estado, van a pique, y en lugar de aumentar la riqueza de las familias, éstas son cada vez más pobres'.
Otros parlamentarios de centroizquierda ahondaron en esas críticas contra Tremonti y pidieron su salida del Gobierno como principal responsable de la cadena de datos negativos de los últimos tiempos. No obstante, el titular de Economía ha encontrado en la coalición de Gobierno un apoyo sin fisuras y el vicepresidente del grupo de diputados de Forza Italia, Maurizio Bertucci, habló de 'campaña' de la oposición contra el ministro, que 'tiene detrás una mayoría que le respaldará para llevar adelante las reformas necesarias'.
Advertencia del Bundesbank
La delicada situación de Italia no es una excepción entre las economías más poderosas de la UE. El presidente del banco central alemán (Bundesbank), Ernst Welteke, señaló ayer que Alemania 'se acerca peligrosamente' a un déficit público del 3%, límite impuesto en el Pacto de Estabilidad por los países de la eurozona. El presidente del Bundesbank indicó, sin embargo, en declaraciones publicadas por el diario Berliner Zeitung, que no se espera que el déficit público alemán sobrepase la barrera del 3% del PIB. El pacto de estabilidad firmado entre los miembros de la Unión Europea en Maastricht obliga a los Estados europeos, entre otros, a no superar un déficit del 3% del PIB.
'El pacto de estabilidad es el complemento necesario para los acuerdos de Maastricht. Espero que los Gobiernos europeos sean conscientes de que un debilitamiento de este pacto podría dañar al euro', afirmó Welteke, para quien la hipótesis de 'retocar lo pactado significa enterrar la confianza en el euro y en la Unión'. Alemania se ha comprometido a que su endeudamiento del año 2002 no superará el 2,5%.
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