La llegada de 100 nuevos inmigrantes forzó el desalojo del campus de Sevilla

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía desalojaron ayer de madrugada a los inmigrantes que permanecían encerrados en la Univesidad Pablo de Olavide de Sevilla. La llegada de alrededor de un centenar de extranjeros más en los últimos días fue el detonante para que la rectora, Rosario Valpuesta, acabara por dar el visto bueno al desalojo, actuación que no permitió el 10 de junio, cuando comenzó la protesta.

A lo largo de estos dos meses, y tras varias discrepancias entre los representantes de los encerrados y el Defensor del Pueblo andaluz, alrededor de 200 de los 430 extranjeros que habían iniciado el encierro en demanda de que se regularizara su situación en España aceptaron la propuesta de la Administración central de tramitar los casos de manera individual y abandonaron progresivamente el campus. Otros muchos fueron haciendo lo mismo aun sin llegar a ningún acuerdo. Pero en los últimos días las cifras se habían vuelto a disparar. La policía sumó ayer 273 detenidos.

Finalmente, el deterioro de la convivencia, los conatos de violencia y las presiones de un grupo que impedía a sus compañeros dejar el campus animaron al rectorado a pedir la intervención policial, que no encontró resistencia.