Diferencias contables irreconciliables
Las normas estadounidenses obligan a provisionar toda depreciación a valor de mercado
Telefónica ha tenido un mes agitado a causa de la contabilidad. Su último movimiento ha resultado espectacular. El Consejo de Administración de la compañía decidía el miércoles pasado provisionar 4.837,5 millones de euros 'imputables al saneamiento de activos y a la provisión de gastos de reestructuración en Alemania, Austria, Italia y Suiza de Telefónica Móviles', según la extensa nota de prensa de la compañía. Es decir, Telefónica reconocía que la licencia para operar móviles por tecnología UMTS (Universal Mobile Telecomunications System, la tecnología móvil de tercera generación) no ofrecía rentabilidad alguna para la compañía y provisionaba, pues, un activo totalmente depreciado... por el momento. En términos más políticos, Telefónica reconocía el terrible coste del error UMTS, facilitado además por el sistema de subastas que los gobiernos impusieron a las compañías para conceder las licencias de explotación.
La práctica estadounidense valora los activos a precio de mercado; la española, a valor teórico contable
La provisión contable de la licencia UMTS se hará de una forma bien sencilla. La licencia o autorización para explotar un negocio determinado se contabiliza en el apartado específico de licencias en el área de inmovilizado inmaterial. En dicho apartado se contabilizará una resta de 4.837,5 millones de euros, equivalentes al valor de la licencia más los costes de puesta en marcha de las empresas participadas en Alemania, Italia, Suiza y Austria. La empresa con la que participó en la compra de la licencia alemana era el consorcio 3G Group.
Junto a la provisión de la licencia, Telefónica practicó otras provisiones. El resultado de la decisión se ha traducido en una pérdida neta durante el semestre de 5.574,2 millones de euros. La eficacia del fulgurante movimiento contable dependerá de que en los próximos trimestres el negocio contable sea capaz de generar más ingresos y obtener beneficios con la ayuda de la confianza de los inversores.
Provisiones por depreciación
¿Y cómo se contabiliza una licencia? En España, por su valor de adquisición. En Estados Unidos es necesario revisar anualmente el valor de ese activo, como el de cualquier otro. Se hace de la siguiente manera. El propietario presenta cada año su estimación de flujo de caja para los años de explotación previstos (la legislación no determina cómo debe hacerse el cálculo). Si de ese cálculo se deduce que la rentabilidad obtenida es mayor o igual al precio, no hay depreciación; si es menor, se aplica entonces el flujo de caja descontado (rentabilidad menos costes financieros) y se provisiona la diferencia.
Pero el episodio contable más controvertido se había dado en la primera semana de julio. Telefónica había contabilizado en el año 2001 unos beneficios de 2.106 millones de euros, según las normas contables españolas. Pero con las normas contables de la SEC estadounidense, la compañía registraba pérdidas de 7.182 millones de euros. Surgió la polémica. ¿Cómo era posible una diferencia abismal de resultados? ¿Estaba justificado mantener diferencias contables tan desconcertantes para los mercados y para las propias empresas?
Una manera de explicar la diferencia, la que se ha difundido en los medios de comunicación, es que la contabilidad estadounidense obliga a valorar los activos a precio de mercado, mientras que en España la valoración común es por valor teórico contable (VTC).
Para entender la diferencia puede recurrirse a un ejemplo. El supuesto es que una empresa compra a otra por 2.000 un activo que está valorado en 1.500, y lo hace mediante canje de acciones (caso de muchoas activos comprados por Telefónica). Según la contabilidad española, la ampliación de capital necesaria que realiza la empresa compradora para adquirir el activo no genera obligación contable alguna mientras se realice por encima de 1.500. Según las normas contables estadounidenses (emitidas por la FASB, Financial Acounting Standard Board), sí; exactamente la diferencia que exista entre el VTC y el precio final. En este caso se generaría un fondo de comercio de 500. Por lo tanto, la norma contable estadounidense exige una reconciliación o saneamiento de 500 añadida a la contabilidad habitual.
La depreciación del fondo de comercio opera de la misma manera. En España ha de hacerse el ajuste correspondiente cuando el valor cae por debajo del VTC; en Estados Unidos las diferencias se establecen entre los precios de mercado, con lo cual las diferencias son mayores. Estas diferencias llevaron a Telefónica a contabilizar una depreciación de 8.452 millones de euros, causa de las pérdidas en términos de la legislación estadounidense.
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