La Asamblea aprueba el impuesto sobre los hidrocarburos

El último pleno de la Asamblea de Madrid costará previsiblemente a los madrileños, de aquí a 2004, más de 200 millones de euros. Es el importe que, según el diputado socialista Adolfo Piñedo, supondrá el nuevo impuesto sobre hidrocarburos, aprobado ayer en la Cámara para destinar el dinero recaudado a mejorar la sanidad madrileña. El 1 de agosto, las petroleras empezarán a pagar al Gobierno regional un céntimo más por cada litro de combustible que vendan, lo que, casi con seguridad, las llevará a subir los precios de la gasolina. La tasa se aplicará progresivamente, y en 2004 el impuesto será de 2,4 céntimos de euro por litro.

Lo que para el Gobierno no es más que una forma de ajustar la fiscalidad sobre los hidrocarburos, congelada desde 1998, para la oposición es desde 'un atraco veraniego', en definición de Franco González (IU), hasta lo que llamó Adolfo Piñedo 'falta de vergüenza torera'.

Fue el de ayer un pleno corto, pero intenso. Salpicado, además, por un desafortunado rifirrafe entre los socialistas y el presidente del Asamblea, el popular Jesús Pedroche. La interpretación del reglamento trajo al hemiciclo un desagradable debate que, en realidad, no tenía demasiado sentido y que a punto estuvo de ensombrecer el inteligente discurso de Adolfo Piñedo, portavoz de Economía del grupo socialista.

Cargado de cifras, Piñedo explicó las razones por las que el PSOE rechazaba el proyecto de ley presentado por el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón. Y recordó que la subida del impuesto de hidrocarburos tiene dos partes: una, estatal; la otra, autonómica; Piñedo asegura que ambas tendrán un coste total para los madrileños de 238 millones de euros.

Luis Candelas

El diputado socialista trajo a colación que el PP llevaba en su programa electoral la promesa de no aumentar los impuestos, y recriminó al Ejecutivo que subiera las gasolinas mientras rebajaba el impuesto de sociedades. 'Ustedes no hacen ni lo que Luis Candelas, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Ustedes roban a todos para dárselo a los ricos', ironizó. Piñedo se apoyó además en el informe del Consejo Económico y Social, que se ha mostrado contrario a este impuesto.

También Franco González cargó contra la ley. Tachó de insolidario el impuesto, destacó que perjudicará a las economías más pobres y subrayó que lo que el Gobierno traía a la Asamblea no era más que la corrección 'del déficit sanitario con el que se han negociado las transferencias'. Al igual que su compañero de oposición, González criticó la forma en la que se ha tramitado la ley: en lectura única, lo que a juicio de ambos impide el debate y no da la posibilidad de incluir enmiendas en el texto.

Para Pedro Muñoz Abrines (PP), la ley es buena. El diputado popular tachó a IU y PSOE de incoherentes y les recordó que las transferencias de sanidad, al final, se han hecho sobre bases económicas mayores que las que los socialistas habían exigido.