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El Imsalud baraja rescindir el contrato a 460 ambulancias que cubren la región

Oriol Güell

El Instituto Madrileño de la Salud (Imsalud) no está contento con el servicio de ambulancias que reciben los miles de madrileños que diariamente son trasladados desde su casa a un hospital, un centro de rehabilitación o cualquier otro centro sanitario. Este organismo, dependiente de la Consejería de Sanidad, ya está preparado por si tiene que rescindir en los próximos meses el contrato por el que adjudicó, el pasado 15 de mayo, el servicio a una unión temporal de empresas (UTE) que mueve 460 vehículos.

La directora general del Imsalud, Leticia Moral, reconoció ayer: 'El servicio funciona mejor ahora que hace dos meses, pero no estamos satisfechos, y, si las cosas no funcionan perfectamente en el futuro, tenemos preparadas las medidas para cambiar' [de empresa].

El transporte sanitario incluye los desplazamientos programados (un paciente que acuda tres días por semana a sesiones de hemodiálisis, por ejemplo), las intervenciones no urgentes (el regreso a casa de un accidentado tras su ingreso en un hospital) y las urgencias sin riesgo de vida para el paciente. En caso de que sí haya riesgo, la atención se considera una emergencia y es atendida por los servicios correspondientes: Samur, Sercam y Summa (el antiguo 061).

Hasta el pasado año, el transporte sanitario estaba a cargo de un mosaico de empresas privadas concertadas, los servicios de Protección Civil y la Cruz Roja. Pero este sistema no funcionaba bien, según admitieron sus responsables entonces, ya que faltaba coordinación entre todas las empresas y, mientras en algunos lugares sobraban ambulancias, en otros faltaban. Por ello, el antiguo Insalud convocó hace un año un concurso para unificar todos los servicios de transporte sanitario de la Comunidad bajo una sola coordinación.

El concurso adjudicado por el Gobierno regional tiene una duración de dos años (el presente y el próximo) y está dotado con 49 millones de euros (8.843 millones de pesetas). Cuando el Ejecutivo autonómico asumió las competencias sanitarias, el 1 de enero pasado, adjudicó el servicio a una UTE formada por 12 empresas. En total, la UTE dispone de 390 ambulancias y 70 vehículos colectivos.

Quejas

Sin embargo, pronto quedó claro que el servicio no sólo no mejoró, sino que empeoró ostensiblemente, según admite Sanidad. Muchos pacientes se quejaban de las esperas que sufrían cuando las ambulancias tenían que devolverles del hospital a sus casas.

Ante la acumulación de quejas, el Imsalud decidió intervenir. Por un lado, ordenó una auditoría interna para detectar los fallos más importantes en el servicio que ofrecía la UTE. Por otro, impuso un inspector de la Consejería de Sanidad en el centro de coordinación de la UTE para supervisar el servicio y registrar las deficiencias.

Sanidad conoció el pasado jueves el resultado de esta auditoría. 'Ahora estamos concluyendo su análisis y pasaremos todas las deficiencias constatadas a la UTE para que las subsane', dijo Moral. En caso de no hacerlo, la UTE se arriesga a perder el contrato.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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