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Un problema político grave en un momento económico delicado

En Marruecos están instaladas 800 empresas españolas, que dan trabajo a 30.000 personas. Pero las inversiones procedentes de España se han estancado este año por las tensiones políticas

Ninguna de las 800 empresas españolas instaladas en Marruecos se plantea abandonar sus planes de inversión y permanencia en ese país norteafricano. Sin embargo, la preocupación se ha instalado en sus cuarteles generales desde que estalló el conflicto por la ocupación de isla Perejil y las tensiones vividas desde entonces. Las empresas españolas se juegan mucho en Marruecos. España es el segundo inversor en Marruecos después de Francia y los grupos españoles han invertido en suelo marroquí 238 millones de euros en los últimos cinco años.

La crisis política, que ya venía de antes de la crisis por el islote Perejil, ha provocado que en el año pasado la inversión haya descendido un 77%. En los seis primeros meses de este ejercicio, las inversiones en Marruecos se han estancado, según fuentes del comité empresarial Hispano-Marroquí.

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Los responsables de la patronal CEOE y del Consejo Superior de Cámaras de Comercio han trabajado en los últimos días a destajo para informar a sus empresas y transmitirles tranquilidad ante las consecuencias que para el día a día y las perspectivas futuras puede tener el conflicto hispano-marroquí. José Miguel Zaldo, presidente del comité empresarial Hispano-Marroquí (integrado en la CEOE), ha señalado que se está ante un problema de 'calado importante que se produce en un momento económico especialmente delicado'. A su juicio, por ese motivo puede tener mayores repercusiones.

'Es cierto que las inversiones españolas en Marruecos cayeron el año 2001 el 77% con respecto a 2000 y que este año están estancadas, pero no podemos echar toda la culpa de ello a la tirantez política. La economía marroquí está parada y los inversores internacionales han salido escaldados de las experiencias tan nefastas sufridas en los países latinoamericanos'.

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Pero, una vez dicho esto, Zaldo añade que no conoce ningún fracaso empresarial español en suelo marroquí. Ahora sería el momento de estar promocionando de forma activa el gran potencial que existe para hacer negocios en Marruecos. 'La crisis política ha sido la guinda que ha paralizado la inversión allí', recalca. Además, añade que la vida económica y empresarial ha seguido sin novedad, e incluso remacha: 'Hemos recibido un trato exquisito por parte de los empresarios y trabajadores marroquíes'.

Las 800 empresas españolas instaladas en Marruecos dan empleo directo a unos 30.000 trabajadores. Telefónica, entre otras inversiones, instaló en Marruecos un centro de información a los usuarios, que cuenta con unos 2.000 empeados. Es la primera empleadora de las firmas españolas, seguida de Cortefiel y El Corte Inglés, que dan trabajo a unos 1.000 empleos directos cada uno; Grupo Textil Sans, con unos 500; Tavex, con 350; Roca, 300; Indo, 200; Fagor, 150; Irízar, 150, y Gonvarri, otros 100.

Existen decenas de empresas con unas plantillas de 15 o 20 trabajadores. A ellas habría que añadir otras empresas de servicios que tienen las contratas en diversas ciudades, como es el caso de Alsa en Marraquech.

En Tánger, la ciudad más cercana a España, están registradas más de un centenar de empresas españolas. Al empleo directo hay que añadir el empleo indirecto o inducido por los negocios de las compañías españolas.

'Marruecos y España están condenadas a entenderse', sostienen fuentes de la patronal CEOE, las cuales, no obstante, reconocen también que 'la escasa química política entre ambos países no ayuda a un desarrollo sostenido de los negocios comerciales'.

España se ha consolidado en los últimos años como el segundo inversor extranjero en Marruecos después de Francia. En los últimos cinco años, las empresas españolas han invertido en suelo marroquí 238 millones de euros, aunque, eso sí, con fuertes altibajos. De los 13,4 millones invertidos en el año 1996 se pasó a los 23,9 millones en 1998. Se logró tocar la cima en el año 1999, con una inversión de 157 millones de euros, pero la inversión descendió en 2000 a 28,9 millones de euros. En 2001, en plena crisis diplomática, las inversiones bajaron a 6,5 millones, a lo que contribuyó la mala coyuntura económica internacional.

Las inversiones dirigidas a Marruecos por las empresas el pasado año (6,5 millones de euros) apenas supone el 0,3% del total de las inversiones que se hicieron ese año en el exterior. Bien es cierto que Marruecos no ha abierto al capital exterior los sectores estratégicos en manos públicas, como telecomunicaciones, gas y electricidad entre otros, y por ello las inversiones se han abordado por pequeñas y medianas empresas españolas (pyme) en sectores que aportan poco inversión y necesita mucha mano de obra.

Otra cosa será si el Gobierno marroquí decide privatizar algunas de sus empresas en esos sectores, para lo que ya mostraron mucho interés grupos multinacionales de todo el mundo, entre ellos los españoles, para los que la cercanía es algo más que una cuestión estratégica. Francia, en este aspecto, es el mayor rival.

Para el Consejo Superior de Cámaras las diferencias políticas 'han tenido una proyección limitada en las empresas'. Según fuentes de este órgano, que preside José Manuel Fernández Norniella y que aglutina a las 85 cámaras de comercio españolas, a pesar de que el último año ha sido complicado por la retirada del embajador marroquí y la negociación del acuerdo de pesca que dio al traste con una gran parte de la flota que faenaba en aguas de Marruecos, 'la incidencia de la actual situación en las empresas vendrá determinada por la duración de la crisis que, en todo caso, debe ser salvado con el diálogo diplomático'.

En cuanto a las relaciones comerciales bilaterales, España exportó el pasado año a Marruecos bienes por valor de 1.504 millones de euros y compró al país vecino por valor de 1.221 millones de euros. Marruecos es el décimo cliente mundial de España y el primero de África. Por el contrario, Marruecos ocupa el puesto 26º como proveedor español, con 1.221 millones de euros, si bien mantiene una tendencia al alza. El pasado año sus ventas a España, con gran peso de productos agrícolas, aumentaron el 26%. La crisis política ha tenido un claro reflejo en las relaciones comerciales. Así en el último trimestre del pasado año se aprecia un ligero descenso del nivel de intercambios comerciales.

En octubre de 2001, mes en el que Rabat retiró su embajador en Madrid, las exportaciones españolas ascendían a 151 millones de euros, en noviembre bajaron a 128,5 y en diciembre a 115,6 millones. No obstante, en el primer trimestre de 2002 se ha producido una normalización de los intercambios, aunque no se haya conseguido el nivel anterior. El mismo proceso se ha dado en las importaciones de bienes.

En el cómputo global de 2001 fueron los vehículos, algodón, combustibles y calderas los principales productos que España vendió a Marruecos. Cataluña fue la comunidad autónoma que más vendió al país del norteafricano, con 419,2 millones euros, casi la tercera parte de las ventas a Marruecos.

Le siguió la Comunidad de Madrid con 171,7 millones de euros y Andalucía con 158 millones. En el apartado de importaciones en 2001, España aumentó su compra de pescado a Marruecos con 320,7 millones de euros, seguida de las prendas de vestir, con 143 millones, y sal, con 107 millones.

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