Demasiadas cautelas

Y Greenspan habló. Pero los mercados han asimilado más rápidamente las cautelas con las que matizaba su discurso el presidente de la Reserva Federal que la convicción con que transmitió su previsión de firme crecimiento de la economía estadounidense en el año en curso: entre un 3,5% y un 3,75%. En un contexto inmerso en tantos y tan intensos factores de riesgo como los que hoy dominan la escena financiera, probablemente los operadores en los mercados de acciones habrían volcado sus órdenes de compra apenas enunciado el segundo párrafo de la intervención de Greenspan ante el Comité Bancario del Senado. Pero en esta ocasión sólo consiguió compensar las tensiones vendedoras de acciones en Wall Street y de dólares en los mercados de divisas.

De la mano de esas cautelas -acerca del impacto de adicionales escándalos empresariales o de la intensificación de las tensiones geopolíticas-, Alan Greenspan no regateó sus críticas a los efectos generados por esa 'infecciosa avaricia' que ha extendido las malas prácticas -la falsificación y el fraude- entre la clase empresarial estadounidense. Tampoco lo hizo con su apoyo a la propuesta de reforma contable auspiciada por el senador demócrata y presidente del Comité Bancario, Paul Sarbanes, o con las iniciativas de algunas empresas de informar ampliamente de los incentivos a sus directivos, además de contabilizar como un coste las opciones sobre acciones de los mismos con cargo a los beneficios de la empresa. Pero ahora, en EE UU, ya no resulta suficiente ese ardor reformista.

Las dudas que pesan sobre la actuación en el pasado del presidente Bush y de su vicepresidente, Richard Cheney, en empresas de las que fueron directivos no favorecen la normalización del clima de confianza que ha de presidir la actividad de los mercados financieros. Tampoco en este punto Europa puede considerarse al margen: el que fuera principal candidato a sustituir a Wim Duisenberg en la presidencia del BCE, el ex gobernador del Banco de Francia Jean-Claude Trichet, ha de comparecer como encausado en el escándalo de Crédit Lyonnais. Que el veredicto final no se haga público hasta bien entrado el año próximo complica la estabilidad que debería presidir el relevo en la institución monetaria de la Unión Europea.

Estas sombras muestran que es la seguridad y la credibilidad del propio sistema económico, más que los fundamentos de algunas economías, lo que está hoy bajo amenaza. Economía es confianza.