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España comete el mismo error que Marruecos

La prensa internacional equipara la actuación del Gobierno español con la del régimen marroquí al 'tomar' el islote

La prensa internacional reparte culpas, en sus editoriales y comentarios, entre España y Marruecos. La opinión dominante es que si el Reino alauí se equivocó la semana pasada adueñándose de Perejil, el Gobierno español ha cometido un error del mismo calibre expulsando manu militari a los marroquíes allí instalados.

Para algunos rotativos europeos, como el alemán Kölner Stadt Anzeiger, Marruecos tiene un régimen 'despótico' mientras que para otros, como el francés Libération, es el 'más moderado y abierto' de los árabes. Todos coinciden, sin embargo, en que es un país muy importante para Europa.

Los diarios de Londres resaltan además con preocupación que la iniciativa española puede perjudicar el desarrollo de las conversaciones hispano-británicas sobre Gibraltar porque su actuación para recuperar un territorio que se asemeja a una colonia resta legitimidad a su reivindicación sobre el Peñón bajo soberanía británica.

Más información
EE UU intensifica su mediación para zanjar cuanto antes el conflicto de Perejil

The Daily Telegraph (Londres) Preocupación por Gibraltar

El Gobierno formalmente expresa su solidaridad hacia España y culpa a Marruecos de iniciar la crisis, pero le preocupa que este cataclismo pueda dar al traste con el status de Gibraltar y complicar las polémicas negociaciones sobre el futuro del Peñón. (...) los funcionarios gibraltareños señalan, en privado, la 'contradicción' y el 'doble rasero' de la actitud de España: rechaza enérgicamente las reivindicaciones marroquíes sobre sus enclaves en el norte de África y, sin embargo, pide que Gran Bretaña entregue el Peñón.

The Wall Street Journal (N.York) Marruecos como Turquía

La absurda disputa entre Marruecos y España, que subió un grado más ayer con el desaolojo de los soldados marroquíes de un disputado islote en la costa africana, no es más que la última entrega del deterioro de los vínculos en este último año. (...) Marruecos es un país demasiado importante para ignorarlo. En este sentido es como Turquía (...). Los dos son pro occidentales, son los dos soportes del Mediterráneo. Son para Europa lo que México es para Estados Unidos.

Le Monde (París) Asalto y ocupación irrisorias

¿Un asalto irrisorio en respuesta a una ocupación que no lo era menos? Sin duda, excepción hecha del valor altamente simbólico de este asunto. Ante la previsible reacción de Rabat, España, que ha forzado un poco las cosas para volver al statu quo anterior que exigía recuperar, se ha declarado abierta a las negociaciones (...). El episodio de esta mañana, como explicaba un diplomático, no ha sido más que una 'demostración extrema de las palabras de Aznar de que no hay buenas relaciones sin respeto mutuo'.

Libération (París) Política del cañón

La decisión marroquí de colocar la bandera árabe sobre el islote de Leila no era ciertamente aceptable, salvo que se admita el golpe de fuerza y el hecho consumado como el modo normal de las relaciones internacionales. Pero la política de las cañonera a la que España ha recurrido para defender lo que queda de su difunto imperio, en el que se incluye la isla del Perejil, tampoco es más aceptable. En un momento en que los islamistas hacen un llamamiento a la guerra santa contra Occidente, sería desastroso que una ofuscación mutua arrastrara al país árabe más moderado y más abierto a un conflicto absurdo contra el país europeo históricamente más próximo al mundo musulmán.

La Repubblica (Roma) A por los enclaves

Se entiende que el asunto es más serio de lo que parecía. Aznar y su gobierno saben bien que con el golpe de mano de la semana pasada Marruecos tenía la intención de poner en marcha un contencioso mucho más sustancioso que la mera posesión de la isla Perejil. Esto es, el contencioso sobre Ceuta y Melilla, los dos enclaves españoles en territorio marroquí, últimos residuos de lo que hasta 1956 fue el Marruecos español. (...) ¿no habría convenido al rey de Marruecos plantear la cuestión de los dos enclaves de otra forma, reivindicando su posesión de la misma manera que España reivindica desde hace dos o tres décadas su soberanía sobre Gibraltar? Evidentemente sí (...).

Süddeutsche Zeitung (Múnich) Isla en Absurdistán

Marruecos se ha comportado como un niño que se apodera de un juguete que nadie vigila. El hecho de que la invasión haya coincidido con los fastos de la boda real la hace más transparente aún; Marruecos debería ocuparse de temas más importantes, como el desarrollo de la democracia y bienestar. España, por su parte, ha reaccionado como si el Reino de los moros hubiera iniciado una nueva conquista, y ha enviado media Armada al Estrecho, hecho que evidencia de modo terrorífico las sensibilidades. La acción de desalojo estaba justificada, pero ahora hay que poner punto final a esta disputa ridícula (...).

Der Tagesspiegel (Berlín) Como en un sainete

El joven rey Mohamed VI tenía que haber aclarado mejor su derecho internacional para reivindicar el islote Perejil. Marruecos debía de saber que Madrid no se iba a quedar con los brazos cruzados con la ocupación. Sin embargo, el que España recuperara el islote por la fuerza de las armas (...) no es más inteligente. Estos alardes de gran potencia son una ridiculez en cualquier parte del mundo. Aviones de combate y barcos de guerra por un trozo de roca del tamaño de un campo de fútbol y habitado por un par de cabras. El Gobierno de Aznar pierde credibilidad.

L'Economiste (Casablanca) Conflicto de civilizaciones

Leila es el primer conflicto entre dos Estados después del 11 de septiembre. Es un conflicto entre dos Estados de un mismo ámbito ideológico, pero entre ambos hay una diferencia: uno es del norte, el otro del sur; uno es del área cristiana, el otro es del área musulmana. Una sencilla discrepancia entre vecinos, casi rutinaria, cambia de dimensión después del 11 de septiembre. (...) las líneas de demarcación han cambiado. En las semanas posteriores todos los gobiernos, incluido y sobre todo el de Marruecos, se esforzaron por evitar el conflicto de civlización. Y he aquí que a causa de una roca que sólo los contrabandistas conocen todo ese trabajo es puesto en tela de juicio. ¿Supondr´á el siglo XXI la vuelta de los cañones?

Al Ahdath al Maghrebi (Casablanca) Fracaso marroquí

Por último, esta agresión significa el fracaso de la política de Marruecos con relación a los enclaves (...) que consistió hasta ahora en no hacer nada que pueda incomodar a España hasta el punto de prohibir iniciativas como la de los partidos de la Kutla en Nador, en 1996, para denunciar los 500 años de ocupación de Melilla. Deseamos que los últimos acontecimientos sean la oportunidad de revisar esta política y reconsiderar la noción de amistad y buena vecindad.

L'Opinion (Casablanca) Una agresión característica

España se equivoca mucho si piensa que recurriendo a las armas e intervineindo militarmente en el islote marroquí impondrá su ley a Marruecos. Marruecos cuenta con medios de respuesta y si España busca una escalada se encontrará con importantes sorpresas. Esta ocupación debe acabar sin más dilación con el fin de no arrastrar a esta región hacia (...) y una escala..

Libération (Casablanca) Un mundo cruel

España, así nos dicen marca su territorio. ¡Que importa si lo hace en el territorio ajeno, qué importa si los barcos de guerra, submarinos, hombres-rana, helicópteros y fuerzas diversas, han pisado la soberanía de un Estado, el derecho internacional, la evidencia de la geografía y los hechos históricos. Ya que la Unión Europea está detrás del más fuerte y del más 'blanco', y su brazo armado, la OTAN, tiene los sentimientos bien orientados. El aquí presente 'mundo libre' (...) ha hecho su opción siguiendo el bueno y antiguo método binario: ¡España bien! ¡Marruecos mal! ¡Ejecución! El mundo tal y como es, y no tal como nos podamos esforzar para endulzarlo, se presenta injusto, sordo, ciego y cruel para nuestro destino.

Al Itiahad Al Ichtiraki (Casablanca) Nada es imposible

Cualquier discusión sobre la legitimidad de la presencia marroquí en la isla debería extenderse a la ciudad ocupada de Ceuta. Marruecos es un país responsable. No hace falta demostrarlo. La línea adoptada hasta ahora es actuar con tranquilidad y no enviando refuerzos o declarando el estado de urgencia. Está dispuesto al diálogo, a un diálogo sin tabúes, sin condiciones. Nada es imposible si es que hay buena voluntad. Lo contrario es una escalada que no beneficia ni a Marruecos ni a España ni a sus aliados o amigos.

con buena voluntad

Un marroquí lee el diario <b></b><i>Maroc Ouest</i> en un café.
Un marroquí lee el diario Maroc Ouest en un café.ASSOCIATED PRESS

FINANCIAL TIMES (Londres) | "La reocupación es un disparate"

La decisión marroquí de enviar a 12 soldados a Leila, un pequeño y deshabitado islote a 200 metros de su costa, no fue fruto de un buen consejo. Pero la reocupación por parte de España de esta roca llena de cabras que llama Isla de Perejil es un disparate.

El enfrentamiento se produce cuando España y Gran Bretaña han estado cerca de alcanzar un acuerdo sobre una soberanía compartida de un roca mucho más grande y habitada: Gibraltar. España cree que ésto puede acabar con la disputa de 300 años sobre la colonia británica en territorio español, cedida bajo el Tratado de Utrecht en 1713.

Pero no pensó que este tema podría plantear cuestiones sobre sus propias e igualmente anacrónicas posesiones en el norte de África. Conseguidas a través de la conquista, entre éstas se encuentran los enclaves de Ceuta y Melilla y algunas otras islas a lo largo de la costa. Al expulsar a los soldados de Marruecos de la isla de Perejil, José María Aznar, presidente español, ha descartado la posibilidad de que las reivindicaciones marroquíes pudieran solucionarse a través de canales diplomáticos civilizados. Esto es una vergüenza. Europa no necesita una nueva fuente de tensión con el mundo árabe.

La actuación de Marruecos de emplazar a sus soldados en un islote en litigio no fue un acto amistoso. Pero Aznar debería haberlo sabido hacer mejor. Enviar fuerzas especiales para tomar por asalto una isla que no tiene ningún interés estratégico puede haber salvado el orgullo castellano del presidente, pero no sirve a los intereses a largo plazo de España, ni de Europa.

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