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ESCALADA EN EL CONFLICTO HISPANO-MARROQUÍ

El Ejército envía a Melilla refuerzos de la Legión y prepara un contingente de paracaidistas

Defensa adopta medidas preventivas ante una posible reacción marroquí al desalojo del islote

Miguel González

Tras el desalojo del destacamento marroquí del islote del Perejil, las Fuerzas Armadas españolas siguen en alerta. La posibilidad de una reacción violenta por parte de Rabat, en forma de acción bélica o disturbios, aunque improbable, no se da por descartada. El Ejército de Tierra ha enviado entre 100 y 300 efectivos de la Brigada de la Legión, con base en Viator (Almería), para reforzar Melilla y tiene preparado un contingente de unos 350 soldados de la Brigada Paracaidista (Bripac), en su cuartel de Alcalá de Henares (Madrid), para desplazarlos de inmediato en caso necesario.

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La ocupación del disputado islote, el pasado 11 de julio, cogió por sorpresa a los responsables de Defensa. Para que esta situación no vuelva repetirse, todos los mecanismos de seguridad permanecen activados. Los consejos superiores de los ejércitos se reunieron ayer para recibir información de primera mano sobre la operación Romeo Sierra (Restablecimiento del Statu quo, según el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa) y las medidas preventivas adoptadas para defender las plazas norteafricanas.

Durante años, el planeamiento militar ha incluido siempre un apartado sobre la llamada amenaza no compartida. Un eufemismo para aludir a un hipotético conflicto con Marruecos por Ceuta y Melilla al que España debería enfrentarse previsiblemente por sus propios medios, sin contar con sus aliados.

Aunque los esfuerzos diplomáticos van encaminados a restablecer cuanto antes la normalidad, este escenario nunca ha parecido tan realizable como ahora en los últimos 25 años.

El dispostivo militar que se puso en marha el pasado fin de semana iba dirigido no sólo a asegurar el éxito del asalto al islote, sino también a prevenir una escalada marroquí o una reacción ante la intervención militar española. Los siete barcos de guerra -tres fragatas, dos corbetas, un buque de asalto y un submarino- seguirán indefinidamente en la zona. Los permisos están suspendidos no sólo en las guarniciones de Ceuta y Melilla, sino también en Canarias y en todas las unidades implicadas en los planes de reacción y refuerzo.

La Brigada de la Legión de Almería ya ha enviado efectivos -entre 100 y 300, según distintas fuentes- a Melilla, cuya guarnización ha debido reforzar los destacamentos en las islas Chafarinas y los peñones de Vélez y Alhucemas. También la Guardia Civil ha enviado una unidad del Grupo Rural de Seguridad número 1 de Madrid a Melilla, en aviones del Ejército del Aire, y otra del GRS-3 de Valencia a Ceuta, con unos 60 agentes en total. El instituto armado prepara además un destacamento del Grupo de Acción Rápida para relevar a los 75 legionarios de Ceuta que ocupan Perejil en cuanto remita la tensión.

Federico Trillo-Figueroa reveló el miércoles en el Congreso que también está alertada la defensa de Canarias. Aunque no se han desplazado tropas al archipiélago, la Brigada Paracaidista tiene un contingente de unos 350 militares preparado para salir de inmediato allá donde se le requiera.

Durante las maniobras Dynamic Mix de la OTAN, celebradas en España en junio pasado, el Ejército de Tierra puso por primera vez en práctica sus planes de refuerzo de Canarias y envió un batallón de paracaidistas en Hércules del Ejército del Aire.

El archipiélago cuenta con cazas F-18 en la base aérea de Gando (Gran Canaria) y con una corbeta, la Descubierta, reconvertida en patrullero de altura.

Un motivo de preocupación al estallar la crisis fue el estado de las dos fragatas clase Floreal vendidas por Francia a Marruecos, que doblan en tonelaje a su actual buque insignia, la corbeta teniente coronel Al Rhamani, construida por Bazán a finales de los setenta. Según distintos informes, las Floreal, que pueden dotarse con misiles antibuque Exocet y un cañón Otobreda de 76 milímetros, aún no están operativas.

Un joven marroquí lanza una piedra con una honda hacia una patrullera de la Guardia Civil en las inmediaciones del islote Perejil.
Un joven marroquí lanza una piedra con una honda hacia una patrullera de la Guardia Civil en las inmediaciones del islote Perejil.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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