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Reportaje:

El coleccionista de castillos

El financiero Luis Vañó recupera la fortaleza de Canena para la música clásica

Ginés Donaire

Además de un hombre influyente en el mundo de las finanzas, Luis Vañó es un amante del arte y el patrimonio artístico. O un 'mecenas de la cultura', como lo define Ángel García, alcalde de Canena (Jaén), municipio que tiene como principal atractivo monumental un majestuoso castillo renacentista del siglo XIII que, desde hace 20 años, es propiedad de Vañó, un jubilado de 71 años que mantiene la presidencia del Banco Árabe Español (Aresbank).

Lejos de provocar recelos, la implicación de Luis Vañó con los habitantes de Canena es total. No sólo ha dignificado y recuperado para el turismo una fortaleza cargada de historia, sino que ha convertido el castillo en el principal referente cultural de este pequeño municipio de poco más de 2.200 habitantes de la comarca de La Loma. Hace seis años abrió las puertas de la fortaleza al que, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los principales festivales andaluces de música clásica. 'Si no es el de más calidad, sí al menos es el que cuenta con un marco más bucólico', asevera el alcalde de Canena, responsable también del área de Cultura y de la organización del festival.

Luis Vañó tiene en su poder la lista de todos los propietarios de esta fortaleza desde su construcción. Por ella han pasado aristócratas, burgueses y personas próximas a las monarquías. 'Con unos antepasados tan ilustres, uno se considera una pura anécdota, lo permanente es el castillo no sus moradores', asegura.

El festival de música se celebra en el patio de armas y de columnas del castillo, sólo un aperitivo de la riqueza arquitectónica y artística que hay en el interior de las dependencias particulares de la familia Vañó. Habitaciones con calefacción para combatir el frío de las piedras, muebles que son auténticas reliquias y obras de arte de gran valor colgadas en las diversas estancias, como un tapiz flamenco del siglo XVI valorado en medio millón de euros, son algunos de sus atractivos. No es extraño que los miembros de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, que visitaron la fortaleza el pasado mes de mayo, quedaron admirados por la 'joya arquitectónica' que tenían delante de sus ojos y por su 'excelente' estado de conservación.

El alcalde de Canena tiene claro que el castillo 'supone más del 50% de la importancia del festival'. No sólo el entorno 'mágico' anima al público, sino que la acústica del patio de armas resulta 'magnífica', según el comentario generalizado de los artistas que ya han actuado. Aunque su origen es el siglo XIII, el castillo fue restaurado posteriormente por Francisco de los Cobos, dirigiendo las obras el arquitecto Andrés de Vandelvira.

Este valenciano vinculado desde su infancia a Baeza (Jaén) tiene como aficiones comprar castillos y palacetes. Vañó es propietario del palacio Marqués de Viana de Garcíez, donde tiene proyectado construir un hotel de lujo.

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Arquitectura y conciertos

Hasta el próximo 27 de julio el Festival de Canena se convierte en una cita obligada para los amantes de la música clásica. Aunque todavía es un certamen modesto (su presupuesto es de 42.000 euros), sí que ha logrado implicar a la Consejería de Cultura y la Diputación de Jaén para hacer posible la presencia en este pequeño pueblo de intérpretes de primer nivel. El alcalde de Canena, Ángel García, considera que es 'una posibilidad única de fusionar dos formas de hacer arte, la música y la arquitectura'. El festival incluye conciertos, en su mayoría de composiciones poco corrientes como violín y guitarra o con grupos como el de saxofonistas sinfónicos de Toledo, donde veinte profesores que tocan toda la familia de saxofones interpretarán obras de lo más clásico a lo más actual, pasando por una segunda parte con arias de zarzuela. También destaca en la programación del festival el recital del flautista Claudi Arimany, virtuoso de este instrumento y compañero del ya fallecido genio de la música Jean Pierre Rampal. Los conciertos se abrieron el primer fin de semana de julio a cargo del dúo formado por la violinista checa Andrea Sestakova y el guitarrista malagueño Javier García Moreno, que interpretaron obras de Beethoven, Falla, Giuliani y Paganini. El pasado fin de semana actuaron el pianista barcelonés Juan José Muñoz, especialista en música de cámara y que en la actualidad colabora con el Cuarteto Kocian de Praga y la Orquesta George Enescu de Buscarest. Juan José Muñoz actuó el viernes 12, un día antes de que lo hiciera el Quinteto de Viento Pablo Sorozábal, cuyo repertorio incluye composiciones desde el siglo XVI hasta nuestros días. Para los próximos fines de semana quedan las actuaciones del flautista catalán Claudi Arimany y el pianista belga Michel Wagemans (hoy viernes), la violonchelista inglesa Sarah Barnes y el pianista Jesús Carrasco (20 de julio), el trío nacional Chamorro (día 21), los Saxofonistas Sinfónicos de Toledo (día 26) para cerrar el festival con el concierto de la Banda de la Asociación Musical de Canena dirigida por Antonio Ferrús Puertos y compuesta por medio centenar de músicos locales. El precio de las actuaciones es de tres euros.

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