La inmigración clandestina por vía marítima cayó un 23% en el primer semestre del año
Los esfuerzos de la Guardia Civil y de las autoridades marroquíes ayudaron a esa reducción
No todo va mal entre España y Marruecos. A lo largo del primer semestre de 2002 el número de inmigrantes clandestinos detenidos en aguas territoriales o costas españolas, adonde llegaron por mar, disminuyó un 23,66%, de 8.326 a 6.356 personas, según la Guardia Civil. La caída es espectacular en el Campo de Gibraltar (supera el 78%), mientras que en Canarias se ha registrado un aumento de la llegada de inmigrantes. El hecho de que muchos de los 'sin papeles' procedan de Marruecos ha sido un elemento importante de la crisis diplomática entre Madrid y Rabat.
A finales de mayo, cuando todavía era ministro de Interior, Mariano Rajoy se quejaba por enésima vez de los resultados 'no muy halagüeños' de los esfuerzos de Rabat para frenar la inmigración ilegal.
En el primer semestre de este año, la inmigración irregular por vía marítima se redujo, sin embargo, de manera significativa. No así la terrestre, a través de Ceuta y Melilla, que aumentó un 6,2%, de 26.573 a 28.228. Este dato preocupa menos a las autoridades españolas porque, a diferencia de los pasajeros de las pateras, los segundos son, casi todos, fácilmente devueltos a Marruecos.
'No hay una sola causa para ese descenso, pero una de las razones fundamentales es el esfuerzo que la Guardia Civil está realizando en el Estrecho', explica Santiago López Valdivielso, director general del instituto armado. 'Se ha potenciado mucho el servicio marítimo y las patrullas de costa, y hay elementos del Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho que están ya funcionando'. 'El SIVE nos permite interceptar a las pateras en el mar y detener a sus patrones, lo que constituye la mejor disuasión' para los traficantes.
Jalil Jemmah, presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas de la Emigración Clandestina, cree que al mayor desvelo español hay que añadir el esfuerzo de Marruecos. 'La disminución se debe, en parte, al creciente enfoque represivo con el que ambas partes, y no sólo la española, combaten la emigración', declara.
'Además', prosigue Jemmah, cuya organización ayuda a las familias de náufragos y desaparecidos, 'los marroquíes empiezan a ser conscientes de los riesgos que conlleva la patera. Nosotros les informamos, la prensa habla de ello y hasta la televisión muestra desde hace unos meses imágenes de cadáveres rescatados del mar. Todo esto no disuade al emigrante sino que le hace buscar vías alternativas', agrega.
El esfuerzo represivo marroquí, que menciona Jemmah, ha sido confirmado por el Departamento de Estado de EE UU. '(...) Marruecos no cumple los requisitos mínimos para la erradicación del tráfico' de seres humanos, señala en un informe publicado a principios de junio. 'Está, sin embargo, haciendo esfuerzos significativos para logralo. Aunque el Gobierno de Marruecos está empezando a enfrentarse al problema (...) se ve constreñido por la falta de recursos'.
'Policía y gendarmería marroquí han puesto especial empeño en frenar la emigración a Andalucía desde el norte del país y, sobre todo, la de subsaharianos', recalca un agregado de una embajada europea en Rabat. De ahí que, en el primer semestre del año, el número de emigrantes clandestinos marroquíes que llegaron por tierra o por mar a España se incrementase en un 30% mientras que el de subsaharianos se redujo en un 69%.
De ahí también, según López Valdivielso, que 'la creciente vigilancia en el Estrecho esté provocando el desvío de parte del flujo hacia Canarias'. En el archipiélago la inmigración clandestina 'viene aumentado de forma constante desde 1995'. 'Por esa razón vamos a implantar un SIVE específico para el archipiélago y a potenciar su servicio marítimo', añade.
'Pero', concluye el director general, 'junto al incremento de la eficacia es necesario hacer un esfuerzo con los países del área subsahariana para facilitar la expulsión de los inmigrantes ilegales'.
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