Llamazares pide al PSOE convertir la censura social en censura política

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, trató ayer de 'bajar a la tierra' al presidente del Gobierno para hablar de los problemas 'reales' del país. Y le pidió que olvide sus 'ensoñaciones de rey sol' para darse cuenta de que la huelga general no sólo ha provocado una fuerte crisis de Gobierno, sino que ha demostrado, en su opinión, que esa 'otra España existe y está llena de vida'. Y precisamente por eso Llamazares pidió una vez más al PSOE que convierta esa 'censura social' en 'censura política' para aprovechar una crisis del Ejecutivo que demuestra que 'ha comenzado el declive social y político' del PP.

Una por una, Llamazares insistió en todas las criticas que antes el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, había enumerado contra el Gobierno del PP. Tanto que al final de su discurso hizo un llamamiento a los socialistas: 'No basta con esperar sentados el desgaste del Gobierno'. Por eso les pidió que presenten una moción de censura para que los ciudadanos vean lo que ya es una realidad, que ha cambiado la mayoría social. Y reclamó que se haga ya, antes de que se apaguen los ecos de la huelga general del 20 de junio.

Pero el tono que usó Llamazares fue mucho más duro que el de Zapatero, sobre todo en algunas expresiones. Para criticar la negativa a legislar sobre las parejas de hecho, la eutanasia, el aborto, los experimentos con células madre o la legalización de las drogas blandas, dijo que con el Gobierno del PP hay una 'resurrección del oscurantismo' que se debe a la presión que Aznar recibe de su 'corte de los milagros del Opus Dei'.

Las citas a Valle-Inclán y a Antonio Machado fueron constantes, en un intento de demostrar que la deriva autoritaria de Aznar ha llevado a España a tiempos pasados, no sólo del franquismo, sino incluso de dictaduras anteriores.

Por ello Llamazares concluyó que el presidente se ha convertido con este tipo de políticas, y especialmente con el tratamiento que da a la inmigración, en 'el adalid de la derecha extrema en España y en Europa'. Y el reflejo de eso en la población es que los ciudadanos españoles son cada vez 'menos libres, más desiguales y están más inseguros'.

Tan duro fue el discurso que el jefe del Ejecutivo bromeó con que la 'descalificación' no había podido ser 'más completa' y le criticó por haber 'pintado un paisaje catastrófico' y lejano de la realidad. Aznar utilizó el argumento que siempre echa en cara a IU: su fracaso en las últimas elecciones, que le llevó a perder la mitad de sus votantes. 'La tranquilidad que tengo es que la inmensa mayoría de los españoles no piensa como usted', le dijo.

El aspecto que centró todo el discurso de Llamazares fue la política social del Gobierno. Izquierda Unida ha funcionado prácticamente como un sindicato más si se valora su implicación en la huelga general. Y por ello el líder de la coalición se erigió en representante de esos trabajadores que fueron a la huelga y pidió a Aznar que les escuche. Porque, según concluyó, el cambio de ministro de Trabajo no valdrá para nada si no cambia la línea política del Ejecutivo en materia laboral.

A esa evidente quiebra del diálogo social tras la huelga Llamazares sumó el imparable aumento de los muertos por accidente laboral, que este año, dijo, han crecido en un 17%. Además, el gasto social se ha reducido hasta tal nivel que, según el coordinador general, sólo Grecia y Portugal están por debajo dentro de la Unión Europea, datos que Aznar dio por falsos sin más detalles.

Pero, además de las políticas regresivas en materia económica, el líder de IU criticó especialmente la represión de algunos movimientos y la dureza policial. Esa política la resumió con una frase: 'La mano izquierda que cuida, que enseña, que reparte, que sana, que da seguridad material y ofrece futuro, es para usted una pieza a cobrar. Por el contrario, se esmeran ustedes en fortalecer la mano derecha del Estado, la que controla, amenaza y reprime. Se reduce el Estado social para que crezca el Estado gendarme'.

Llamazares hizo otras muchas referencias a los grupos antiglobalización, a los que IU se siente muy próxima, tanto que quiere hacerse cuanto antes con el voto de esos jóvenes.