Símbolos religiosos
En contestación a la carta de Francisco José Fontecilla Rodríguez y 49 firmas más, en la que se manifiesta preocupado por la suspensión de empleo a un inspector médico a causa de las reiteradas faltas de insubordinación, cometidas al negarse a acatar las órdenes que le obligaban a retirar de su oficina imágenes de simbología religiosa, cabría indicar:
1. Que la oficina del inspector médico no es 'su oficina', sino una oficina perteneciente a una institución pública.
2. Que una cosa es 'confundir la aconfesioinalidad del Estado con la represión de expresiones públicas de religiosidad' y otra, más preocupante, es lo que ha hecho este inspector, confundir el derecho a la expresión pública de confesionalidad religiosas con la expresión de la propia en público.
3. Que toda institución pública, en tanto estatal, es un ámbito de efectiva aconfesionalidad y debe, por tanto, quedar exenta de la presencia de símbolos que manifiesten adhesiones o creencias personales.
4. Que si los símbolos exhibidos por este funcionario en vez de cristianos hubiesen sido, por ejemplo, musulmanes, mucho me temo que tanto Francisco Fuentecilla como su constelación de 49 firmas más no se hubiesen manifestado o se hubieran manifestado de forma contraria.
5. Que comienza ya a ser preocupante el rearme integrista católico y su afán por reintroducirse en ámbitos afortunadamente conquistados para el común de la ciudadanía, después de una monolítica monopolización de siglos por parte de éstos que ahora hablan de totalitarismo, simplemente porque quieren estar en misa y repicando.
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