David y Goliat en la Iglesia católica
La Conferencia Episcopal Española proclamó el jueves pasado que la Corriente Somos Iglesia 'hiere la comunión eclesial' y teólogos y cristianos de base responden que el anatema fue un 'ataque de celos' de la jerarquía
¿Por qué ahora, por qué así? La Corriente Somos Iglesia, que aglutina a decenas de miles de cristianos en España, sigue sin conocer los motivos de la escueta 'nota' con que la Conferencia Episcopal Española (CEE) les colocó el pasado jueves al margen de la Iglesia por proponer 'afirmaciones y reivindicaciones que hieren y van en detrimento de la comunión eclesial'. La Oficina de Información de la CEE reconoce que esa 'nota' tenía su causa 'ante la creciente presencia en algunos medios de comunicación y en Internet de la Corriente Somos Iglesia', pero no ofreció pista alguna sobre qué ha podido molestar a los obispos tanto como para lanzar ahora tan duro y escueto anatema. 'Un ataque de celos y ausencia total de argumentos', dice Juan José Tamayo, secretario general de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. 'Rigidez frente a las críticas', opina un portavoz de la corriente.
La recogida de firmas reclamando un nuevo concilio, posible detonante de la censura
Aparte del ruido mediático y en Internet, que cada cual oye y mide a su manera, la 'nota de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española' basó el inesperado anatema del jueves en cuatro puntos de conflicto, el más grueso de los cuales, el tercero, sostiene que 'la Corriente Somos Iglesia propone afirmaciones y reivindicaciones que se apartan claramente de las enseñanzas de la Iglesia católica, hieren y van en detrimento de la comunión eclesial'. En el primero, los obispos afirmaban como baldón algo que la Corriente tiene como honor: 'No es un grupo eclesial, no ha recibido aprobación alguna y no tienen reconocimiento canónico'.
La Corriente tampoco cuenta con una organización jerárquica, porque está estructurada como una red de grupos y colectivos de muy diversa sensibilidad y prodecencia, aunque con una finalidad común: ser consecuentes con la defensa de los derechos humanos y trabajar en la línea de la paridad: mujer-hombre, célibe-casado, clérigo-laico, 'igualadados en Cristo y por el bautismo común'.
La expresión 'Somos Iglesia' se utilizó por primera vez en Austria en 1995, como título de un manifiesto que recogía los anhelos de amplios sectores de la Iglesia católica de aquel país, profundamente dolidos por el comportamiento autoritario de sus obispos y del Vaticano. Además, era una respuesta dolorida ante un escándalo de abusos sexuales en el que estaba implicado el entonces arzobispo de Viena, que tuvo que dimitir. Más tarde, la corriente se extendió a las poderosas iglesias católicas alemana y estadounidense, incluso con mayor radicalismo en sus propuestas. Hoy dicen contar con cuatro millones de seguidores sólo en Europa y América.
La Corriente en España
La Corriente Somos Iglesia llegó a España en 1995 de la mano del famoso teólogo Hans Küng, que asistió en Madrid, en septiembre de ese año, al congreso anual de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Elegido por el Papa en 1962 para que acudiera como teólogo asesor al Concilio Vaticano II, pero castigado más tarde por Juan Pablo II por criticar la involución de la Iglesia, Küng promovía entonces la recogida de firmas para reclamar una serie de reformas a la Iglesia de Roma. La red española de Somos Iglesia, que aglutina ahora a casi doscientos colectivos cristianos, se estrenó con la aportación de 20.000 adhesiones. Además de parroquias y comunidades religiosas, y de sacerdotes y religiosas muy activos, la red Somos Iglesia cuenta con el apoyo de grupos de obreros católicos, de asociaciones de teólogos y de numerosos movimientos de base.
Al teólogo Juan José Tamayo-Acosta, portavoz de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, le parece lamentable que los obipos condenen sin exponer argumentos, y cree que todo se debe a un 'ataque de celos por la relevancia pública y académica que desde hace años tienen las propuestas de Somos Iglesia', tales como la mayor participación de los laicos y un nuevo papel de la mujer en las actividades eclesiales, incluido el sacerdocio.
De la misma opinión fue el portavoz de una de las organizaciones de la corriente en Barcelona, porque, aparte de estos debates, relevantes incluso entre no católicos 'por lo que tienen de simbología social, Somos Iglesia es protagonista estos meses en Internet por la masiva recogida de firmas pidiendo la convocatoria de un nuevo concilio vaticano'. La campaña va viento en popa en muchos países, también en España, por el gran número de adhesiones, pero sobre todo por el apoyo de 34 arzobispos y obispos, ninguno de ellos español.
La corriente también ha convocado para mediados del próximo septiembre un Encuentro Internacional para la Renovación de la Iglesia Católica, en la Universidad Carlos III de Madrid. En los debates participarán también algunos prelados y, según el extenso documento colocado en la página web de la Corriente, su objetivo es proclamar que 'otra Iglesia es posible' y contribuir 'al desarrollo de un proceso conciliar que tienda nuevos puentes de diálogo entre sectores de la Iglesia católica y entre éstos y la sociedad'.
Al margen de esta actividad mediática, provocadora de la dura condena de los obispos, la Corriente Somos Iglesia respondió a la reprimenda pública de la Conferencia Episcopal mediante un comunicado oficial en el que lamenta la 'actitud autoritaria' de la jerarquía eclesiástica. 'No somos una Iglesia paralela. Somos Iglesia y defendemos la necesidad de un proceso de apertura y de renovación en un sentido de mayor coherencia con el Evangelio, los derechos humanos y los valores democráticos. Concebimos el magisterio de la Iglesia como algo que puede evolucionar en un sentido menos autoritario y más dialogante'.
'Lo que atenta contra la comunión eclesial es la rigidez con que algunos obispos hacen frente a las críticas y a la disidencia. En nuestra opinión, una posición más adecuada pasaría por ver en las demandas de renovación la necesidad que la sociedad y los católicos tenemos de que la Iglesia se actualice para responder mejor a los retos del mundo de hoy. El pluralismo y la diversidad pueden ser una oportunidad para toda la Iglesia', dijo también la Corriente cristiana antes de reiterar 'la urgencia de un proceso conciliar en la Iglesia católica tendiendo puentes al diálogo para que en el futuro sea posible la realización de un nuevo Concilio que retome y desarrolle el Vaticano II, incorporando al debate realidades y preocupaciones propias de esta época'.
Emilia Robles, que coordina junto a Javier Malagón el servicio de comunicación de la Corriente hasta que en septiembre sean relevados, subrayó ayer que 'el nombre Somos Iglesia se escogió precisamente, y hubo una coincidencia general, para afirmar nuestra identidad y pertenencia a la Iglesia católica'. Como una prueba de voluntad de diálogo y de respeto hacia la jerarquía, Robles resaltó la poca presencia de la Corriente en pronunciamientos públicos formales, al margen de la actividad de cada colectivo de la red, muy diferente en según qué diócesis.
La 'nota' de los obispos españoles
La severa censura de los obispos españoles contra la Corriente Somos Iglesia no figura en un documento oficial ni ha sido objeto de sesudos análisis previos, con la redacción de varios borradores, sino que se produjo, el jueves pasado, mediante un escueto comunicado oficial, de catorce líneas, titulado 'Nota de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española sobre la Corriente Somos Iglesia'. Ayer aparecía en la página web de la Conferencia Episcopal como segundo tema en su apartado 'actualidad'. Éste es el texto completo de la nota:
'Ante la creciente presencia en algunos medios de comunicación y en Internet de la Corriente Somos Iglesia, la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española, con el fin de evitar la confusión entre el pueblo cristiano, desea manifestar lo siguiente:
1º. La Corriente Somos Iglesia, a pesar del nombre que ha adoptado, no es un grupo eclesial y no ha recibido ninguna aprobación ni reconocimiento canónico.
2º. La Corriente Somos Iglesia es una asociación civil que, desde el año 1995, acoge algunos grupos de procedencia cristiana que mantienen en común actitudes opuestas al mMagisterio y a la disciplina de la Iglesia.
3º. La Corriente Somos Iglesia propone afirmaciones y reivindicaciones que se apartan claramente de las enseñanzas de la Iglesia católica, hieren y van en detrimento de la comunión eclesial.
4º. Por tanto, es preciso que todos los católicos vivan en el seno de sus comunidades la comunión con toda la Iglesia (pastores y fieles) tomando conciencia de que los planteamientos de la Corriente Somos Iglesia no sólo no favorecen sino que impiden gravemente los caminos de la auténtica renovación eclesial postulada por el Concilio Vaticano II.'
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