Los dueños de Afganistán
Zahir Sha es el dueño de la librería más extraordinaria de Kabul. En un rincón del hotel Intercontinental, sus libros, que habían sobrevivido a la furia destructora de los talibanes, son la mejor colección del mundo sobre temas afganos. El librero no se cansaba de recomendar uno, el mejor que había leído, y sabía de lo que hablaba (en su casa tenía cerca de 10.000 volúmenes sobre el tema): Viajes por Afganistán. Una luz inesperada, del británico Jason Elliot, publicado en España por Península-Altäir.
No es que el libro de Elliot, de 37 años, sea el más documentado, o el más completo, o el que relata el viaje más largo por Afganistán: es simplemente el mejor, comparable en pasión y en alcance con el clásico entre los clásicos, Viaje a Oxiana (Península-Altäir), de Robert Byron, o, en el terreno político, a Los talibanes, de Ahmed Rashid (Península). Siendo estudiante en Londres, Elliot tuvo la peregrina idea de aprovechar las vacaciones de verano para viajar con los muyahidin afganos, cuando luchaban contra los invasores soviéticos, y llegó a acompañarlos en varios ataques.
VIAJES POR AFGANISTÁN. UNA LUZ INESPERADA
Jason Elliot. Traducción de Carme Camps e Inma Gutiérrez Península. Barcelona, 2002 526 páginas. 19,53 euros
EL VIENTO SE LLEVARÁ NUESTRAS PALABRAS
Doris Lessing. Traducción de José Arconada Rodríguez Ediciones B. Barcelona, 2002 188 páginas. 13,99 euros
Sus descripciones son extraordinarias y los personajes con los que se cruza en el camino están llenos de vida; pero, ante todo, Elliot ofrece una pintura total de un país que, como en los mejores libros de viajes, mezcla la aventura personal con la observación y la historia.
La otra novedad afgana que ha llegado estas semanas a nuestras estanterías (habrá más, como el libro que Robert D. Kaplan escribió sobre los muyahidin cuando era un joven periodista, que publicará Ediciones B después del verano) es de mucho menor calado, aunque su autora es una escritora que no necesita presentaciones, Doris Lessing. Durante los ochenta, la novelista se comprometió con la causa afgana y viajó a Peshawar, donde vivían (y viven) en condiciones lamentables cientos de miles de refugiados. El viento se llevará nuestras palabras es la crónica de aquel viaje; pero se queda en la superficie, sobre todo porque no cruzó al otro lado, a Afganistán. Sin embargo, su primer capítulo ('Su larga cabellera ondeando al viento') es una inquietante y lúcida reflexión sobre el mito de Casandra: la mujer a la que Zeus dio la posibilidad de conocer el futuro y la condena de no ser creída por nadie. Sólo por esas páginas, en las que emerge la inmensa escritora que Lessing es, merece la pena echarle un vistazo.
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