El 70% de los jóvenes no puede acceder a un piso medio de VPO
La juventud elige mayoritariamente la compra y desestima el alquiler
La vivienda sigue siendo un bien casi imposible para los jóvenes. Su escaso poder adquisitivo y la carestía del mercado inmobiliario suponen un obstáculo insalvable para acceder siquiera a una vivienda de promoción pública. Un estudio sociológico sobre la juventud y la vivienda en Guipúzcoa aporta datos a esta realidad desalentadora: el 70% de los menores de 30 años no dispone de medios económicos para adquirir un piso de VPO con el precio más asequible, 108.000 euros. Esta problemática se agrava con la preferencia por a la vivienda en propiedad y no al alquiler.
El panorama de la vivienda presenta signos especialmente desfavorables para los jóvenes. Éstos tienen muchos elementos en su contra para acceder a un piso, a pesar de la bajada de los tipos de interés, el aumento de las promociones de vivienda pública y la puesta en marcha de programas de alquiler subvencionado. El estudio Reflexiones de los jóvenes y la vivienda en Guipúzcoa 2002, dirigido por el sociólogo de la Universidad de Deusto Jon Leonardo Aurtenetxe, concluye que el acceso a la vivienda es un problema social, aunque con matices más negativos en la juventud.
Esta problemática se manifiesta en la escasez de suelo disponible para urbanizar y, sobre todo, en la carestía de los pisos y la escasez de recusos económicos de los jóvenes derivada de su precariedad laboral. Las dificultades aumentan cuando, por regla general, los menores de 30 años prefieren mayoritariamente (el 80%) los pisos en propiedad y desprecian el alquiler.
El estudio, realizado por encargo del Departamento de Juventud de la Diputación guipuzcoana, contiene datos de esta provincia que son extrapolables al resto del País Vasco, según Leonardo. Parte de dos premisa desfavorables: los precios de los pisos han subido más de un 45% en los dos últimos años y la mitad de los jóvenes trabajadores no tiene segura su estabilidad en el trabajo.
Los jóvenes ingresan unos 1.105 euros al mes, de los que están dispuestos a destinar 390 euros para hacer frente a un préstamo. Esta cifra no alcanza para comprar un piso en el mercado libre y acota mucho las posibilidades de acceder a uno de protección oficial, según Leonardo. 'Si la vivienda protegida cuesta cerca de 108.000 euros y el precio medio máximo asumible de compra es de 100.000 euros, [esto] nos da una idea muy clara del dramatismo con que se presenta el problema de la vivienda', dice el estudio.
Esta realidad está provocando un retraso en la edad de emancipación (29 años) de los jóvenes vascos, explicó Leonardo. No obstante, 'el 96% de los solteros afirma sentirse muy satisfechos' en casa de sus padres.
Soluciones
La juventud se inclina por viviendas de 75 metros cuadrados, aunque la mitad está dispuesta a vivir en pisos más pequeños. El 80% se inclina por una vivienda en propiedad y sólo un 3,6% elige el alquiler, porque 'la renta mensual es prácticamente igual al esfuerzo que exige el crédito hipotecario', explicó Leonardo, quien también destacó que el 76% trata de encontrar una vivienda en su municipio o en otro muy cercano.
El estudio pone de manifiesto la existencia de 'un gran desajuste' entre la oferta inmobiliaria y la demanda juvenil. 'La vivienda disponible es cara o está vacía', sentenció Leonardo. La vivienda libre, tanto nueva como usada, representa cerca del 80% de la oferta total, mientras que el mercado de alquiler ha ido reduciéndose paulatinamente hasta valores testimoniales. Tampoco se ha constatado durante los últimos años un impulso notable a la promoción de pisos protegidos y sociales, que se han mantenido estable.
El estudio no ofrece soluciones fáciles o mágicas, dijo Leonardo. Recomienda una mayor intervención pública para 'paliar los efectos más nocivos' de un mercado inmobiliario 'incapaz' de satisfacer la demanda. También propone construir pisos nuevos más pequeños, incentivar el alquiler subvencionado, sacar al mercado las viviendas vacías y aumentar la cuota de pisos para menores de 35 años en las promociones públicas.
Leonardo incidió en la necesidad de 'revisar' la concesión de los créditos hipotecarios a los jóvenes. Apostó por aumentar el plazo de la concesión a 50 años y moderar el nivel de garantías que exigen actualemente las entidades bancarias. También se sugiere la posibilidad de 'abrir una línea de crédito en una institución pública que facilite directamente los créditos a los demandantes'.
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