La Casa Blanca no permitirá que los pilotos lleven armas

A pesar del proyecto de ley aprobado con holgura en la Cámara de Representantes, ni el Senado, ni la Casa Blanca, ni las principales compañías de aviación aceptarán que los pilotos comerciales de EE UU se sienten en las cabinas armados con pistolas. La votación en la cámara parece más bien una maniobra de los congresistas en una batalla política mucho más amplia: la propuesta de regulación puede retirarse en el futuro en la negociación de otros enfrentamientos legislativos.

En todo caso, 310 miembros de la cámara, frente a 113, votaron a favor de nuevas leyes que permitan armar a un número indeterminado de pilotos en función del riesgo del vuelo que realizan. Si la normativa se aplicase, cualquier piloto podría solicitar voluntariamente permiso para llevar armas en la cabina, aunque sólo después de un entrenamiento específico.

Un portavoz de la Casa Blanca (el presidente George W. Bush tendría que firmar la ley para que entrase en vigor) aseguró que la seguridad en los aviones no se consigue con pistolas en las cabinas: 'Creemos que la seguridad se ha mejorado al reforzar las puertas de acceso a las cabinas de pilotos y con la presencia de agentes federales en los vuelos', aseguró.

El comité de transportes de la Cámara es de mayoría republicana, pero el del Senado está presidido por un demócrata, Ernest Hollings, que se opone frontalmente a la propuesta. Sin el apoyo del Senado, el plan nunca se convertirá en ley.

Sin embargo, uno de los principales grupos de presión en la historia política de Washington promete luchar a favor de la propuesta: la Asociación Nacional del Rifle (NRA). Su vicepresidente, Wayne LaPierre, con fama de ser tan combativo como belicoso, prometió 'una presión abrumadora' sobre los miembros del Senado: 'Vamos a intentar ganar [votos] por todos lo medios'. Según LaPierre, la propuesta de armar a los pilotos es una póliza de seguros contra 'esos terroristas'.