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NOTICIAS Y RODAJES

Aristarain vuelve a rodar con Luppi

Tras cinco años alejado de las cámaras, el cineasta dirige Lugares comunes

Elisa Silió

En Argentina hacer cine es un acto de coraje que hay que aplaudir', afirma el actor Federico Luppi. Y confiesa 'sin pudor' que le gustaría 'estar fuera del fuego' que ha llevado a su país a una enorme crisis económica y política. Sin embargo, en pleno corralito, Luppi comenzó a rodar este invierno en Buenos Aires Lugares comunes, de Adolfo Aristarain. El rodaje ha terminado esta semana en Madrid, y ambos (Luppi con bastón por un problema en el talón de Aquiles) comparecieron ante la prensa en un café. Lugares comunes llegará a las pantallas españolas a finales de septiembre.

Desde que en 1981 trabajaran juntos en Tiempo de revancha, la vida de Luppi y Aristarain ha corrido paralela. Hasta el punto de que, en estos 21 años transcurridos, el actor ha actuado en cinco de los seis largometrajes del cineasta: Últimos días de la víctima, Un lugar en el mundo, La ley de la frontera y Martín Hache. Y, para no faltar a la tradición, Luppi protagoniza Lugares comunes, basada en una novela de un primo de Aristarain que se puso a escribir cuando se jubiló. El director, que en los últimos meses ha estado trabajando para una serie de televisión, ha escrito el guión con su mujer.

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El libro, que no se ha llegado a publicar, cuenta la historia de amor de Fernando, un profesor universitario de 60 años a quien obligan a jubilarse, y su mujer, Liliana, , asistente social en barrios pobres. 'Estar juntos es una religión. Juntos superan el deterioro psíquico y se preguntan hasta qué punto es inútil trabajar toda la vida', dice Luppi. La pareja tiene una tortuosa relación con su único hijo, Pedro , que renunció a su vocación para tener una vida acomodada en España. 'Son muchos los que se van, dejando atrás a su gente y con sentimiento de culpa, con la sensación de haber ganado la lotería y gastarse solos el premio, sin otros', señaló el realizador.

'Lugares comunes es más amable que Martín Hache, más distendida. Aquí no hay situaciones límite', la califica Aristarain. Luppi discrepa: 'Adolfo hace la película y se olvida, pero yo, como actor, llegaba virgen al rodaje y, si bien es cierto que no es una película agónica, sí tiene situaciones límites. Porque están presentes el futuro, la vejez y la muerte'. Y asegura que el espectador cuando vea el filme 'va a apreciar la vida, porque habla de la valentía de vivir'.

Los productores, Tornasol Films y Adolfo Aristarain, se enfrentaron a muchos problemas de rodaje por el corralito, 'no había dinero ni precios', e incluso se plantearon abandonar el proyecto. Pero Aristarain deja claro que, pese a los obstáculos, la película no busca la denuncia social, sino contar una 'muy profunda historia de amor'. 'Los protagonistas están condicionados por el sistema, pero éste no afecta a sus sentimientos', añade Aristarain.

La crisis argentina para el cineasta puede tener una lectura positiva: 'Ha servido para que caigan las caretas de la corrupción política'. Él ve con esperanza las próximas elecciones legislativas. Luppi, sin embargo, no ve luz al final del túnel: 'Me cuesta entender el nivel de perversión del mundo actual. El costo va a ser muy alto y lo va a pagar el pueblo. Los muertos, la miseria y el hambre siempre los ha sufrido el pueblo'.

Federico Luppi y Adolfo Aristarain, durante el rodaje de <b></b><i>Lugares comunes.</i>
Federico Luppi y Adolfo Aristarain, durante el rodaje de Lugares comunes.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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