El Estado italiano privatizará Telecom Italia y Enel para reducir el déficit público
Berlusconi propone suprimir el puesto fijo de los funcionarios en el borrador de presupuestos
Nuevo impulso a las privatizaciones, recortes en los gastos sanitarios y el inicio de una reforma para suprimir el puesto fijo entre los funcionarios son algunas de las medidas más llamativas que contiene el decreto de programación económica y financiera para los próximos cuatro años, una especie de borrador de presupuestos presentado ayer por el Gobierno italiano de centro-derecha. El Estado se desprenderá de la cuota que todavía conserva en antiguos monopolios, como Telecom Italia, el coloso eléctrico Enel y la aerolínea Alitalia. Una operación por la que se prevén ingresos de 20.000 millones de euros.
El documento calcula en unos 12.000 millones de euros el dinero suplementario necesario para hacer frente a todas las medidas que contiene. Cumplir con Bruselas y con los electores parece ser el lema del Ejecutivo que preside Silvio Berlusconi que, quizás preocupado por un aparente descenso en las encuestas de popularidad, se ha decidido a acometer la mayor reducción de impuestos de la historia de Italia, en palabras de Il Cavaliere.
La reforma fiscal representa unos 5.500 millones de euros, la suma que dejarán de pagar a partir de 2003 los italianos que ganan menos de 25.000 euros al año. Si se añaden las reducciones de impuestos a las empresas la cifra alcanza los 7.500 millones de euros, una cantidad que Berlusconi pretende cubrir con estas medidas.
Tanta generosidad tendrá que ser contrapesada de alguna manera, y la fórmula elegida es la de reactivar las privatizaciones. El Ejecutivo se compromete a poner a la venta el 37,58% de las acciones de Enel (el monopolio eléctrico del que el Gobierno de El Olivo vendió ya otro 30%) y a ceder el modesto 3,46% que todavía controla en el ex monopolio telefónico, Telecom Italia, además de privatizar otras empresas públicas. Asimismo, se plantea privatizar un 32,4% del 62,4% que controla en la aerolínea Alitalia. La razón por la que no se desprende de toda su participación es que el Ejecutivo de Berlusconi aspira a mantener al menos un 30% de los sectores que considera estratégicos.
Los hidrocarburos se salvan
Entre las posibles privatizaciones figuran también el Ente de Tabacos del Estado, público en un 100%; la sociedad que gestiona el sistema de transmisión eléctrica del país, GRTN, y el constructor naval Fincantieri. En cambio, no parece que exista ninguna intención de poner a la venta el 30% de las acciones del ENI, el Ente Nacional de Hidrocarburos. La cifra que el Ministerio del Tesoro espera obtener por esta vía se calcula en unos 20.000 millones de euros.
Para reducir el déficit público, que en 2001 ha llegado al 2,2% del producto interior bruto (PIB), causando la preocupación de Bruselas, el Gobierno ha decidido meterle mano a la sanidad, un capítulo responsable de buena parte de la desviación de las cuentas italianas. Entre las medidas anunciadas figura la introducción del sistema de las mutuas privadas sanitarias, para reducir los elevados costes de la sanidad pública. Una iniciativa que el Ejecutivo presenta con toda clase de cautelas, asegurando que es sólo 'experimental'. Al mismo tiempo, se propone una revisión de las normas que permiten a los italianos consumir fármacos pagando precios muy inferiores a los de mercado.Apenas firmado el acuerdo con sindicatos y empresarios para suspender por tres años el artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, que impide el despido libre, el Gobierno se dispone a hincarle el diente a los privilegios de los funcionarios, categoría a la que pertenecen más de cuatro millones de italianos. La reforma se hará con tacto, y también 'experimentalmente' y afectará sólo a los nuevos contratados, que lo serán bajo fórmulas más flexibles, con ampliación del trabajo a tiempo parcial, y del llamado trabajo de alquiler, es decir, el uso de empresas ajenas a la Administración para realizar determinadas tareas, aunque, de momento, asegura el Gobierno, esta modalidad será usada en pocos casos.
La programación económica y financiera del Gobierno incluye también unas previsiones de crecimiento para los próximos años. Se espera alcanzar un 1,3% en 2002, el 2,9% para 2003 y el 3% para 2004 y 2005.
El documento del Ejecutivo explica que el plan previsto 'es muy ambicioso, pero está subordinado a que las condiciones de mercado sean favorables'.
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