La zona euro supera la crisis de finales de 2001 con un leve crecimiento del 0,3%
La Comisión subraya la inquietud por el aumento del déficit presupuestario en varios países
El repunte económico de la zona euro empieza a materializarse, aunque en el horizonte sigue habiendo algunas incertidumbres y una clara preocupación por el aumento del déficit presupuestario en varios países. La oficina estadística Eurostat difundió ayer que el crecimiento en la zona euro en el primer trimestre de este año con respecto al mismo periodo de 2001 será del 0,3%, una décima más que la previsión inicial. En el segundo trimestre, el crecimiento oscilará entre el 0,3% y el 0,6%, y en el tercer trimestre, entre el 0,7% y el 1%. Además, el segundo informe trimestral de la zona euro publicado ayer indica 'un aceleramiento' en el ritmo de crecimiento y que se ha superado 'con suavidad' la 'breve contracción' de finales de 2001.
'Desde enero, la zona euro ha experimentado un repunte progresivo que se aceleró en primavera y que debe acelerarse aún más a lo largo del año', apuntó ayer el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes. En efecto, en el último trimestre de 2001 la economía europea retrocedió un 0,3%, por lo que la leve recuperación que se registra en los primeros meses de este año parece alejar definitivamente el peligro de una recesión. No obstante, esa recuperación ha sido mayor en los tres primeros meses del año en Estados Unidos (1,5%), Japón (1,4%) y Canadá (1,4%).
No es ése el único motivo de preocupación en Europa. De un lado, el comisario Solbes pone de relieve el 'inquietante' deslizamiento presupuestario que registran varios países, como Francia, Italia o Portugal, cuyos elevados déficits públicos exigirán 'nuevos esfuerzos' para cumplir con el compromiso de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2004. Pese a esa preocupación, el Gobierno francés ha insistido en que cumplirá su promesa electoral de bajar en un 5% su presión fiscal, a la vez que anuncia un notable incremento de los gastos de defensa.
Otra inquietud reflejada en el informe trimestral de la Comisión Europea es el relativo a la demanda interna, 'que aún no acaba de materializarse'. De hecho, el consumo doméstico no aumentó nada en el primer trimestre de 2002 con respecto al último del año pasado, y sólo el consumo público, que creció un 0,6% en los tres primeros meses del año, ha contribuido algo al repunte económico. La clave de este problema reside en la percepción entre los consumidores privados de una clara incertidumbre en el comportamiento al alza de los precios, lo que contrasta, como destaca el informe, con el 'moderado incremento' de la inflación.
'Los consumidores han sobreestimado la magnitud de la inflación y han pospuesto consumos por la incertidumbre de los precios', señala el informe de la Comisión, que considera que esa percepción se debe a que el índice de precios se disparó en enero pasado al 2,7%, aunque en los meses posteriores el porcentaje ha ido descendiendo y se prevé que se sitúe alrededor del 2% al concluir el año.
La revalorización del euro frente al dólar también contribuirá a frenar las tensiones inflacionistas, según asegura el Ejecutivo comunitario, y ambos factores permitirían que finalmente aumente el consumo privado, 'necesario para un crecimiento equilibrado'.
El mercado de trabajo ha encajado 'relativamente bien el parón económico' -la media de paro alcanzó el 8,3% en abril, un 0,3% más que un año antes-, según la Comisión.
Pese al optimismo que denotan los tres informes difundidos ayer en Bruselas, el crecimiento de la zona euro para este año se estima ahora en un 1,3%, una décima por debajo de las previsiones difundidas en primavera por la Comisión.
Saldo positivo
El informe también aborda el estado de la balanza de pagos en la zona euro. Señala al respecto que la caída del comercio mundial en 2001 afectó por igual a las exportaciones y a las importaciones de la eurozona, al tiempo que la debilidad de la moneda común favorecía sus exportaciones.
No obstante, la principal novedad en la materia es que, en 2001, la zona euro no siguió su tendencia habitual de ser origen de más inversiones de las que recibe, sino que saldó el año con un superávit neto en inversiones directas e inversiones en cartera. Fuentes comunitarias señalaron que este vuelco de tendencias suscita 'opiniones controvertidas', pero sugirieron que los escándalos de contabilidad en grandes empresas destapados en EE UU pueden haber desviado hacia Europa los flujos de capital.
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