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La marcha de los orangistas en el Ulster se salda con 24 policías heridos

Al menos 24 agentes y dos manifestantes resultaron heridos ayer en los disturbios ocurridos al acabar la marcha de la protestante Orden de Orange entre Portadown y la iglesia de Drumcree (sureste del Ulster), según confirmó la policía. Cuatro agentes y un manifestante -golpeado, al parecer, por una bala de goma disparada por las fuerzas de seguridad- sufrieron heridas de gravedad y fueron trasladados a un hospital. El brote de violencia, en el cual se realizaron tres detenciones y que empañó una marcha que había transcurrido en paz, tuvo su origen en la negativa de policías y soldados a permitir el paso de los protestantes hacia el barrio católico de Garvaghy Road.

Este desfile, considerado una provocación por la comunidad católica, es uno de los más controvertidos en la temporada de marchas protestantes en el Ulster y en el pasado provocó graves disturbios que se extendieron a toda la provincia. Por ese motivo, la Comisión de Desfiles de Irlanda del Norte volvió a prohibir por quinto año consecutivo el paso de los miembros de la Orden de Orange por Garvaghy Road. Y, efectivamente, los miles de orangistas y simpatizantes que participaron ayer en la marcha no pudieron atravesar esa zona católica, lo que desató la ira de cientos de protestantes, que atacaron a las fuerzas de seguridad con piedras y otros objetos.

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Pese a la vigilancia de más de dos mil policías y soldados, los violentos derribaron parte de una barrera metálica erigida por efectivos del Ejército británico para evitar el paso hacia Garvaghy Road. Las fuerzas de seguridad, fuertemente protegidas con escudos y cascos, procedieron a levantar un barrera más pesada y dispararon tres balas de goma para dispersar a los agresores, que desoían las llamadas a la calma de algunos representantes orangistas.

El altercado estalló cuando uno de los líderes de la orden, Nigel Dawson, se envalentonó al entregar al subcomisario de policía Stephen White, encargado del dispositivo de seguridad, una carta de protesta contra la prohibición de cruzar el barrio católico.

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