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Reportaje:

Rehabilitación renacentista

Cultura inicia la recuperación de los monumentos de Orihuela, afectados por los terremotos y la humedad

A finales del siglo XIX las autoridades se vieron obligadas a acometer una rehabilitación profunda en algunos de los edificios más emblemáticos de Orihuela. En aquella ocasión la restauración fue forzosa: un descomunal terremoto provocó destrozos de consideración y los numerosos desperfectos tuvieron que repararse con urgencia. Más de cien años después, Orihuela se ve inmersa en un nuevo proyecto de restauración, pero en esta ocasión la erosión viene determinada por el transcurso del tiempo y por la acción de dos males endémicos: la humedad y los imperceptibles aunque persistentes movimientos sísmicos que se producen en la población.

'Casi todas las intervenciones están motivadas por estos dos factores. Orihuela sufre una intensa humedad provocada por las correntías de agua que bajan de la sierra y que se almacenan en la hondonada que queda entre el río y la montaña. Esta humedad permanente genera grietas y ocasiona riesgos de hundimiento', explica Carlos Boigues. uno de los técnicos de la La Luz de las Imágenes, la fundación pública que va a acometer la rehabilitación.

Las labores de reforma, de las que ayer dio cuenta la subsecretaria de Cultura, Carmina Nácher, se extenderán a los monumentos más representativos del patrimonio local: la Catedral, el Colegio de Santo Domingo, la iglesia de Santas Justa y Rufina y la iglesia de Santiago, así como la más tardía iglesia de San Agustín. De todos ellos, los arquitectos destacan dos piezas que por sus características y composición adquieren un valor fundamental: Santo Domingo, sede de la Universidad Histórica de Orihuela, y la iglesia de Santiago.

Ambos edificios se perfilan como el exponente más soberbio del Renacimiento en la Comunidad, y junto a Santas Justa y Rufina componen un conjunto arquitectónico incomparable en el territorio español. La principal singularidad del patrimonio de Orihuela es su considerable proporción de obras renacentistas, una cualidad inédita que ha elevado a la ciudad al rango de máxima representante de esta corriente artística en nuestro país.

'Orihuela es importante por el Renacimiento que en nuestro país entra tarde, mal y de un modo forzado. No asimilamos bien ese lenguaje y solamente encontramos piezas muy aisladas. Orihuela sin embargo tiene tres edificios renacentistas y tres edificios de libro', comenta Carlos Boigues.

Pese a la trascendencia de su arte a lo largo de este siglo, son mínimas las restauraciones serias que se emprenden. En 1902 una situación de alerta ante el colapso de las bóvedas desembocó en la reconstrucción del tejado de Santas Justa y Rufina. Se recurre entonces a una técnica desconocida donde se superponen placas metálicas revestidas con yeso que imitan la sillería. El efecto es tan verosímil que a simple vista la simulación resulta inapreciable. Un siglo más tarde la necesidad de reparar las bóvedas vuelve a ser perentoria ya que las incesantes filtraciones de agua han provocado desprendimientos del yeso. La capilla mayor, obra del ilustre arquitecto Juan Inglés, y la torre campanario, donde abundan los ornamentos figurativos, son los elementos más significativos de este conjunto monumental cuya planta se construye en las postrimerías del gótico.

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La iglesia de Santiago está considerada como una de las grandes joyas del Renacimiento. Su mayor debilidad es el riesgo de hundimiento que presentan las cubiertas. La catedral, aunque de orden menor, reverbera por su excelente composición y porque conserva todos los elementos típicos en estas construcciones, como el coro que fue desterrado de estos templos entre finales del siglo XIX y principios del XX. Construida en el siglo XIV destaca también por su torre campanario.

Santo Domingo, por último, es la obra renancentista por excelencia. Durante el proceso de rehabilitación se recuperarán sus pinturas, de cierta trascendencia por su cromatismo, y se paliará el gran problema que sufren todas las piezas monumentales de Orihuela: la acción erosiva de la humedad.

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