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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Programa francés

Chirac ha asumido parte del legado de la izquierda. La derecha francesa pone por delante la mejora de la seguridad ciudadana, la lucha contra la inmigración ilegal y la reducción de impuestos, pero el programa que presentó ayer ante el Parlamento el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, no toca la semana laboral de 35 horas -sistema que afecta al 60% de los asalariados y a la totalidad del sector público-, aunque flexibilizará su aplicación. La jubilación a los 60 años permanece, aunque reabre la posibilidad de prolongar la vida activa. Y defiende a rajatabla el sector público o las políticas agrícola y pesquera de la UE. En su búsqueda de un 'nuevo humanismo' y de una mejora de los servicios públicos no es nada liberal, sino literalmente conservador, y esencialmente francés.

El proyecto estelar es el de la seguridad ciudadana, preocupación central de los franceses, con la creación de 13.500 puestos adicionales en la policía y 10.000 en la Administración de justicia en los próximos cinco años, y la lucha contra la delicuencia juvenil con la revisión de una legislación que data de 1945 y la creación de polémicos centros educativos cerrados para estos delincuentes. Además, promete dureza frente a la inmigración ilegal y una revisión del derecho de asilo.

Estas propuestas, junto con la reducción inmediata del impuesto sobre la renta en un 5%, y otras para lograr una 'Francia creativa', llegan preocupantemente vacías de todo cálculo presupuestario. En principio, el Gobierno apuesta por unas cuentas saneadas, aunque no parece que logrará más fondos que la difunta izquierda plural de Jospin de una privatización que se decidirá 'caso por caso'. Entreabrirá de forma 'progresiva' al capital privado Électricité de France y Gaz de France, pero manteniéndolas en el sector público, que sigue siendo una columna vertebral de Francia.

La declaración programática está llena de grandes lemas, como el de 'compartir la República' o nada menos que 'humanizar el planeta'. En el terreno político, el nuevo Gobierno apuesta por la descentralización y las regiones, si bien es significativo el silencio sobre los planes de autonomía especial para Córcega del anterior Gobierno. Defiende una Europa de Estados-nación y un nuevo pacto fundacional de las relaciones entre Francia y Alemania. En su mensaje de la víspera, Chirac prometió que cada año el Gobierno presentará sus proyectos para la etapa siguiente y se someterá a una moción de confianza en la Asamblea Nacional. Con 400 de los 577 diputados se lo puede permitir.

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