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Reportaje:

¡Viva el euro fuerte!

Los analistas creen que la igualdad con el dólar es buena y predicen que la moneda europea adelantará a la americana

El euro se ha hecho fuerte, pero más por la debilidad del dólar que por él mismo. Así lo creen los expertos, que apuntan que la moneda europea rondará e incluso superará la paridad 1 dólar por un euro en los próximos meses. El Gobierno, como los analistas, aplauden al euro fuerte para la economía española. Dicen que abarará las importaciones y no restará competividad a la exportación como ocurría con la peseta.

Los exportadores españoles no temen la subida porque el 70% de sus ventas se dirige al resto de países de la zona euro
El Gobierno afirma que el alza de la divisa europea abarata las compras del exterior y puede actuar como antídoto de la inflación

El presidente del Banco Central Europeo puede irse contento del cargo, aunque sea a medio mandato, como ha prometido. Wim Duisenberg se estrenó en el cargo en 1999 con el euro por encima del dólar y dejará el puesto cuando ha vuelto a escalar hasta la paridad y tiene a todos pendientes de su marcaje a la divisa norteamericana.

El cambio con el dólar ha pasado de un raquítico 0,87 a rayar la paridad 1 por 1 en pocas semanas. El viernes llegó a 0,997, que para el dólar representa el cambio más bajo desde el 24 de febrero de 2000. También ha perdido en un trimestre un 10% en relación con una cesta de monedas integrada por el euro, el yen, el franco suizo, la libra, la corona sueca y el dólar de Canadá.

¿Qué le ha pasado al euro? Varios expertos atribuyen su subida a la pérdida de rentabilidad de la Bolsa norteamericana, que está provocando una salida masiva de dinero. También a la falta de confianza en el billete verde tras descubrirse el camuflaje de pérdidas de varias empresas que trampearon sus cuentas. En definitiva, el euro no sube por los propios méritos de la economía europea, sino por los problemas de las empresas de Estados Unidos, que no ganan dinero, despiden plantillas a raudales y tienen empresas como Enron, WorldCom o auditores como Andersen que amañaron las cuentas o sombras de dudas sobre los ingresos imputados en los últimos años por el gigante Xerox.

Y ¿adónde va el dinero que abandona al dólar? Los analistas lo tienen claro. La baja rentabilidad de las Bolsas atrae ahora a pocos inversores y el dinero se está volcando en la renta fija, sobre todo en la europea, más rentable hoy que la americana. Los inversores japoneses y europeos que financiaban el déficit de la balanza por cuenta corriente norteamericana se repliegan a sus países. Los bonos alemanes han escalado posiciones. El bund a 10 años, la principal referencia de los tipos de interés a largo plazo en Europa, ha llegado a una rentabilidad del 4,932% y el bono francés al 5,050%, por encima del 4,807% del bono norteamericano a igual plazo. Los bonos españoles rondan el 5,115%/5,120% debido a la prima de riesgo.

Adelantar al dólar

'El crecimiento norteamericano era muy superior al europeo hace unos meses, pero ahora casi se han igualado. Si a esto unimos la crisis de confianza que vive Estados Unidos por los escándalos de alguna empresa de auditoría [en referencia a Arthur Andersen] y los problemas de algunas grandes sociedades, se explica la caída del dólar', afirma el secretario general de Política Económica, Luis de Guindos.

Si se cumplen las previsiones de algunos expertos de Merrill Lynch, BBVA y AFI, el euro se mantendrá en torno a la igualdad con el dólar durante varios meses. E incluso puede adelantar al billete verde. Los exportadores, siempre pendientes del tipo de cambio, vaticinan que el euro puede cambiarse a 1,05 dólares a final de año.

¿Es bueno que el euro esté mas fuerte? El consenso general de los expertos y del Gobierno es que sí. Y los exportadores dicen que no les perjudica. Por un lado, un euro más fuerte abarata las importaciones en dólares que afectan sobre todo a las compras de materias primas. Es una especie de antídoto contra la inflación que puede hacer innecesarias nuevas subidas de los tipos de interés.

El Gobierno español ya se frota las manos con la escalada del euro tras reconocer que la inflación [hoy al 3,6%] es el principal problema de la economía española. Con la vista puesta en el futuro inmediato, el secretario general de Economía recalca que el efecto deflacionista del euro revalorizado sobre los precios 'aumentará la renta disponible y puede aumentar el consumo'.

El Gobierno cree, además, que la subida del euro tampoco perjudica al grueso de las exportaciones. Si durante años se afirmaba, y así ocurrió, que un tipo de cambio elevado se cargaba al sector exportador, con el euro no ocurre lo mismo porque la mayor parte de las ventas españolas al exterior se dirigen a los otros paises de la Unión Europea, donde la moneda es común y resulta indiferente que la divisa esté más o menos fuerte.

Los exportadores ratifican esta opinión. 'Alrededor del 70% de las exportaciones españolas van a países del euro', dice el director general de la Asociación Multisectorial de Exportadores, Joan Tristany. La asociación, que agrupa a 500 empresas industriales que el año pasado exportaron por valor de 2.100 millones de euros (unos 350.000 millones de pesetas), calcula que el euro rondará la paridad con el dólar durante los próximos seis meses. Los exportadores también creen que con la actual situación de crisis en Estados Unidos el euro puede llegar a superar al dólar.'Todo dependerá del curso que tome la economía norteamericana', dice Tristany.

Pero si a la economía española no le perjudica el euro fuerte, no le ocurre lo mismo a la alemana. Alemania dirige al área del dólar más de un tercio de sus ventas al exterior. Para Alemania -una tercera parte de la economía de la Unión Europea- si el euro se fortalece demasiado se resentirán sus empresas y a la larga pueden salir perjudicados otros países, porque 'si Alemania va mal a otros nos puede acabar yendo mal', advierte Manuel Balmaseda, analista del BBVA. Este experto también augura que el euro puede superar al dólar. Lo argumenta destacando que los inversores han estado retirando dinero de Estados Unidos y esta situación puede seguir durante un tiempo. 'La economía norteamerticana tiene un déficit por cuenta corriente superior al 4% del PIB, pero las entradas de capital permitían hasta ahora compensar este déficit. Ahora las cosas no están igual. No hay mejores perspectivas en Europa, sino peores en Estados Unidos. Y existe un problema grave de confianza en los balances de las grandes empresas norteamericanas que está retrayendo el dinero', dice Balmaseda.

Otro experto, Alfonso García,de Analistas Financieros Internacionales (AFI), ratifica la salida de fondos de Estados Unidos, expresa sus dudas de que la economía norteamericana pueda recuperarse en poco tiempo y pronostica que el euro se moverá a corto plazo entre 0,98 y 1,1 frente al dólar.

Antonio Villarroya, analista de Merrill Lynch en Londres, también destaca que 'el dinero se va de la Bolsa norteamericana, entre otras razones, porque no se esperan rentabilidades en bastante tiempo'. Villarroya también cree que en breve el euro puede adelantar al dólar. El pronóstico de este analista es que de aquí a final de año el euro puede estar en torno al 0,95 y hacer el sorpasso hasta 1,05 respecto al dólar.

Cuestión de confianza

La circulación del euro entre las manos de los ciudadanos comunitarios le ha sentado bien al tipo de cambio de la moneda europea. Fueron muchos los expertos que afirmaron en su momento que el hecho de dejar de ser sólo una divisa y convertirse en una moneda de curso legal haría más creíble al euro, le daría alas. Cuando nació en 1999, el euro arrancó por encima del dólar a un cambio de 1,17. Se desató la euforia, pero duró poco. La economía norteamericana iba como un tiro: crecía por encima del 5%, las empresas aún no habían iniciado el declive de beneficios y las firmas tecnológicas no se habían desinflado. La Unión Europea crecía a la mitad de ritmo que la norteamericana, que, además, le doblaba en productividad gracias al uso intensivo de las nuevas tecnologías. La situación ha cambiado radicalmente. Estados Unidos ha ido reduciendo su crecimiento y han surgido dudas de confianza en el futuro inmediato de la economía norteamericana. Para ayudar a dibujar el nuevo marco, los continuos escándalos de empresas que amañaron sus cuentas han vuelto a poner de moda aquel aforismo sobre la confianza en la economía, en boga desde la gran crisis de 1929: 'No es suficiente con llevar el caballo al abrevadero; si no tiene sed no beberá'. Una vez más, la confianza de los inversores manda.

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