El Gobierno subirá la gasolina para financiar la sanidad
La Comunidad recaudará con el impuesto de los carburantes 580 millones de euros en seis años.- Los conductores pagarán a partir de octubre un céntimo más por cada litro de combustible
El Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón cree que en los carburantes puede estar la solución a los problemas de la sanidad madrileña. El presidente regional anunció ayer que una de las fuentes de financiación del Plan de Calidad Sanitaria (2003-2007) será un nuevo impuesto sobre los hidrocarburos. Este impuesto autoriza a las comunidades autónomas a gravar los carburantes siempre y cuando el dinero recaudado se emplee en medidas para mejorar la sanidad o al medio ambiente. A partir de octubre, las petroleras deberán pagar a la Comunidad un céntimo de euro por cada litro que sirvan, por lo que, probablemente, subirán los precios. En 2004, el combustible será 2,39 céntimos más caro.
La Ley de Cesión de Tributos, aprobada en el Senado la semana pasada, abre la puerta a las comunidades autónomas para que puedan aplicar la denominada Tasa Autonómica de Hidrocarburos. Con este nuevo impuesto -un máximo de 2,39 céntimos de euro por cada litro de carburante-, los Gobiernos regionales podrán financiar su sanidad. Pero sólo si ellos quieren.
El consejero de Hacienda, Juan Bravo, del PP, aseguró ayer que en Madrid esta tasa se aplicará, casi con toda seguridad, a partir de octubre. 'Sólo falta que se publique la ley del Senado, y aprobar, por nuestra parte, la tasa en Consejo de Gobierno', especificó. Madrid será así la primera comunidad que aplique el impuesto.
Éste es progresivo hasta 2004. En cuanto el gravamen entre en vigor, la Comunidad gravará a las empresas suministradoras, hasta el 31 de diciembre, con un céntimo de euro (1,6 pesetas) por cada litro de gasolina o de gasóleo que vendan. A partir del 1 de enero de 2003, a esta cantidad se le sumarán otros 0,7 céntimos (1,2 pesetas). Y a partir del 1 de enero de 2004 se incrementará de nuevo la misma cantidad (0,7 céntimos). Es decir, a principios de 2004, las empresas que surtan de combustible a las gasolineras de la región deberán pagar a la Comunidad de Madrid 2,39 céntimos de euro (4 pesetas) por cada litro de gasolina o gasóleo que vendan.
Consumo estimado
La Consejería de Hacienda calcula, basándose en el consumo de gasóleo de automoción y de gasolinas del año pasado, que en el primer año de aplicación se recaudarán unos 16 millones de euros. En 2003 esta cifra ascenderá a 74 millones. Y en 2004 la Comunidad ingresará 119 millones de euros. Ésta es la cifra que se mantendrá los años siguientes hasta 2007. También subirá el gasóleo que se emplea en los vehículos agrícolas y en las calefacciones, aunque su incremento será inferior al de los automóviles: en 2002 subirá 0,25 céntimos, al año siguiente se aplicará una tasa de 0,43 céntimos y en 2004 el impuesto quedará fijado en 0,52 céntimos.
El Plan de Calidad Sanitaria que ayer presentó Ruiz-Gallardón costará, hasta el 2007, cerca de 1.807 millones de euros. El plan busca reducir las listas de espera, aumentar el número de centros sanitarios y mejorar los salarios de los sanitarios. Hasta 2007, el Gobierno regional ingresará con el nuevo impuesto de los carburantes, según los cálculos de Hacienda, 580 millones. El resto del plan (hasta los 1.807 millones citados) se sufragará con fondos de los presupuestos regionales.
El consejero de Hacienda considera que el automovilista 'no va a notar mucho' el nuevo impuesto. Y lo explica: 'Actualmente, el euro va fuerte y el barril de petróleo ha bajado. Esto quiere decir que tal vez las empresas petroleras, que recuerdo son a las que se les cobra el impuesto y no directamente al ciudadano, no reviertan la tasa en sus respectivas tarifas'. Bravo añade que 'en las gasolineras madrileñas hay diferencias de precios de casi cinco céntimos', y precisa que 'la subida cae dentro de la horquilla con la que juegan las compañías con la oferta y la demanda'.
La oposición no lo ve así. Rafael Simancas, secretario de la Federación Socialista Madrileña y candidato a presidente de la Comunidad, opinó que este sistema de financiación 'no tiene ningún sentido'. 'No se puede mezclar la sanidad pública con los carburantes. ¿Y si hay un bajón en la economía? ¿Se deja de pagar la sanidad porque la gasolina sube y nadie la usa?', inquirió. Franco González, de IU, coincidió con Simancas: 'Falta dinero para la sanidad y el PP recurre a estos métodos imaginativos. Es consecuencia de un gol que le metió Aznar a Ruiz-Gallardón a la hora de transferirle la sanidad'.
UGT y CC OO se quedan fuera
A la hora de escenificar ayer la firma del Plan de Calidad Sanitaria de la Comunidad de Madrid, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, y el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, ambos del PP, se rodearon de un buen número de asociaciones profesionales relacionadas con la medicina. Pero faltaron dos organizaciones sindicales: UGT y CC OO, que no estuvieron presentes ni han firmado el acuerdo. Fernando Sánchez, secretario de relaciones laborales de UGT, aseguró que el consejero Echániz 'no ha querido negociar con los sindicatos de base, conformándose con dialogar con otras organizaciones que no son representativas'. Javier López, secretario general de UGT Madrid, añadió que la ausencia de los sindicatos 'rompe en la Comunidad de Madrid con un clima de acuerdo que llevaba produciéndose varios años'. Las discrepancias entre Echániz y estos dos sindicatos vienen de lejos: el pasado mes de diciembre ambas fuerzas convocaron una huelga en la sanidad madrileña para reclamar la homologación salarial de los trabajadores del Insalud -que se incorporaban a la Comunidad en enero al mismo tiempo que las transferencias- con los que ya dependían de la consejería, problema que ahora quiere solventar este plan. Echániz, por su parte, en la presentación del plan, insistió en que era fruto 'del esfuerzo y del diálogo' y recordó que había sido firmado por 20 asociaciones profesionales. Ruiz-Gallardón incidió en que este acuerdo 'no tiene equivalente en ninguna comunidad autónoma' e insistió en que la Comunidad 'ha escuchado a la sociedad civil para mejorar la sanidad madrileña y hacerla más humana y eficaz'. Este plan incluye la apertura de centros de especialidades por la tarde, la utilización de los quirófanos en verano para reducir las listas de espera y la creación de la figura del 'guía de acogida del paciente', que se encargará de asesorar a los enfermos mientras estén ingresados en el hospital. En la atención primaria en los ambulatorios, la Comunidad se compromete con este plan a incrementar 'el tiempo de atención al enfermo' y a la 'disminución de la espera' en dichos centros. También incluye 'atención específica para determinados grupos de población [inmigrantes o drogodependientes, por ejemplo]'. Asimismo promete 'el fomento de la atención domiciliaria para los enfermos crónicos'.
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