'Las municipales no serán unas primarias'

Javier Arenas volvió ayer a jugar el papel de guardameta del Partido Popular, en el que ha desarrollado sus habilidades defensivas desde que José María Aznar le nombró en 1999 secretario general del partido, en sustitución precisamente de Francisco Álvarez-Cascos, ex vicepresidente primero del Gobierno y actual ministro de Fomento. Arenas desmintió ayer cualquier tipo de crisis en el partido, negó tener interés alguno en enfrentarse con nadie, y en concreto con Cascos, y rechazó que, tal y como le acusa Cascos, recurra a las encuestas para escoger candidatos electorales. Y negó, también, que las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2003 vayan a ser, 'bajo ningún concepto, unas primarias, como ya se demostró en 1999'.

Esta frase también va dirigida contra las apreciaciones de Cascos, exteriorizadas el miércoles, sobre la necesidad de que el PP dedique más esfuerzos y trabajo a preparar esos comicios que a entretenerse con la mercadotecnia y los sondeos. Para Cascos, el resultado de esas elecciones 'condicionará' incluso la nominación, tras el verano de 2003, del sucesor de Aznar. Arenas también discrepa de Cascos en eso.

El PP resaltó ayer que Cascos no podrá probar ninguna filtración de encuestas con datos sobre candidatos, y afirmó que es incierto que se haya realizado un solo sondeo en Asturias en el que se haya incluido al ministro de Fomento entre los posibles aspirantes.

Fuentes de la dirección nacional del partido recalcaron que Arenas mantuvo hace meses una conversación con Cascos sobre el candidato a la presidencia de Asturias y quedó ya resuelto que el mejor aspirante es el actual presidente del Partido Popular en esa comunidad autónoma, Ovidio Sánchez.