Ángela Molina exhibe una bella madurez en 'El verano de Anna'

Á ngela Molina es Anna Kastelano en El verano de Anna, una mujer en la cincuentena, hija de un judío griego de origen sefardí y de una emigrante gallega, que regresa a la luminosa isla de su infancia, Symi, con la idea de vender la casa familiar. Lo que ignora es que lo que ella imaginaba como una rápida gestión burocrática acabará obligándola a hurgar en el doloroso pasado de los suyos y también en el propio. La actriz, que lleva el peso de la trama, exhibe en la cinta una espléndida madurez, que ha encandilado a la crítica de Alemania, país donde el filme -que se estrena en España el 12 de julio- permanece en cartel desde el pasado enero.

Dirigida por la cineasta alemano-argentina Jeanine Meerapfel, El verano de Anna es una coproducción entre Alemania, España y Grecia. Por parte española, cuenta con un productor de lujo, José Luis Borau, amigo de Meerapfel desde hace 26 años -'lo poco que he producido ha sido con la condición de que el director fuera amigo mío', confiesa el director aragonés-, que creyó en el guión de El verano de Anna nada más leerlo, el otro requisito que pide a un filme para invertir en él.

Productor y directora -que se conocieron en 1977 cuando Meerapfel, siendo miembro de la Academia de Artes de Berlín, contribuyó a la selección de Camada negra, de Manuel Gutiérrez Aragón y producida por Borau, para el festival de cine alemán- presentaron ayer El verano de Anna en Barcelona y hoy lo harán en Madrid.

La cineasta, nacida en Buenos Aires, hija de judíos alemanes que huyeron del nazismo y residente en Alemania desde 1964, reconoció que aunque El verano de Anna no es una obra autobiográfica, sí tiene mucho de personal. Dijo la directora que su intención ha sido contar 'cómo dentro de la vida está la muerte' y, para ello, indagar en el efecto sobre las personas del paso del tiempo y las separaciones de los seres queridos, 'algo que a mí me ha tocado vivir y, por lo tanto, conozco el trauma y cómo se supera'. La cineasta ha recurrido a una estructura narrativa compleja, que mezcla continuamente presente y pasado. 'La memoria no es ordenada, sino anárquica, funciona asociativamente, y he intentado trasladar esta función al cine', explicó Meerapfel.

Sobre la elección de Ángela Molina -Rosana Pastor es la otra española que figura en el elenco-, la directora reveló que pensó en ella desde la escritura del guión, que adaptó a la actriz. Por eso, Anna tiene origen sefardí y español.

Borau se mostró encantado con la película y 'muy indignado' con TVE, a cuyos responsables criticó duramente por no haber querido participar económicamente en una película con reparto español, rodada en parte en castellano y que habla de judíos sefardíes.