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Reportaje:

"Cargo el móvil en los enchufes de los servicios de los bares"

Un agente inmobiliario relata su desalojo del túnel en que vivía en el centro de Madrid

12 céntimos de euro. Ése es el patrimonio que tenía ayer Andrés Pascual, el agente inmobiliario en paro que el pasado lunes fue desalojado junto a otras 12 personas del paso de peatones de la calle de los Hermanos Pinzón, en la zona de Azca de Madrid, y donde vivían. 'No tengo nada más... Bueno, sí, el bonometro, una tarjeta de teléfono y 89 céntimos de euro de saldo en el móvil', explicó mientras abría su cartera semivacía.

Su aspecto, algo cansado, no se diferenciaba mucho de las personas que trabajan en las oficinas de Azca y que se cruzaban con él: pantalón de pana marrón, zapatos y polo de manga corta de color granate. La misma ropa que llevaba el día que lo desalojaron.

La noche del lunes, Andrés durmió con otros desalojados en el parque que hay en los alrededores de la Torre Picasso. 'Cenamos algo frío y luego estuvimos un rato charlando antes de irnos a dormir', contó. Andrés se levantó ayer a las seis y media de la mañana. Acudió a una fuente que hay cerca del paseo de la Castellana y allí se aseó y se afeitó con jabón y una cuchilla. Después, empezó a atender a los medios de comunicación que se interesaron por su caso. Y empezó a contar su historia. 'Nací en Palencia y allí estudié hasta el bachillerato. Después me fui a trabajar a Castilla y León como representante de una empresa de artes gráficas', explicó. 'En 10 años debí de hacer unos 500.000 kilómetros en coche visitando clientes'. En mayo del año pasado, Andrés vino a Madrid alentado por el trabajo que le ofrecía una inmobiliaria. Pero no funcionó. 'Me despidieron y me puse a trabajar como portero de un edificio por Nuevos Ministerios'.

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Este empleo tampoco le duró mucho y, en noviembre del año pasado, se quedó de nuevo sin trabajo y tuvo que abandonar la pensión del paseo de las Delicias donde vivía. 'Los empleos que he tenido han sido muy precarios y no me han dado derecho a cobrar paro', asegura. El dinero, por aquel entonces, se acabó. Andrés, animado por gente sin hogar a la que conoció en los comedores sociales, le hablaron del paso subterráneo de Azca. 'Mis amigos no tienen ni idea de mi situación. Cuando me preguntan, por orgullo, digo que vivo en un piso compartido. Si me dicen que vayamos a tomar un café, siempre pongo una excusa'. Andrés esquiva hablar de su vida personal y afectiva, ni siquiera quiere nombrar a su familia. 'Unas mujeres me han querido más, unas menos...', dice.

Este hombre tiene una crítica a los servicios sociales municipales: 'Cuando te quedas descolgado, no funcionan'. Desde el ayuntamiento, desmintieron las acusaciones de Andrés. 'Hacemos lo posible para ayudar a estas personas; si es que quieren nuestra ayuda. Les ofrecemos recursos y nos interesamos por su estado', explicaron fuentes municipales. Sobre el hecho de que Andrés esté empadronado en el paso de peatones del que fue desalojado, las mismas fuentes aclararon que la normativa municipal lo permite. 'El padrón debe reflejar el domicilio de cada vecino. Las infraviviendas (caravanas, chabolas, cuevas, etc e incluso ausencia total de techo) pueden y deben figurar como domicilios válidos en el padrón', explica el texto de la normativa.

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Chaquetas y corbatas

Este hombre tuvo que volver anoche a dormir en la calle con sus escasas pertenencias. 'En la maleta llevo tres pares de zapatos, chaquetas y corbatas', aseguró. La maleta se la encontró en la calle. Y es que Andrés tiene mil recursos para sobrevivir. Por ejemplo, para cargar el teléfono móvil lo conecta al enchufe que hay en el servicio de un bar. Cuando necesita dinero, vende cosas que se encuentra en los contenedores. 'Tenía un ventilador, un teléfono y un equipo de música para vender, pero una vez los de la limpieza, me lo tiraron todo', explicó.

A Andrés, lo que más le gusta es leer, sobre todo novela histórica. 'Voy a la biblioteca municipal. También encuentro libros en los contenedores y cuando los leo los vendo en el mercado de segunda mano. Con el dinero compro aceite para cocinar'. Del Mundial de fútbol, apenas se ha enterado. 'Sólo he visto el Argentina-Suecia en un bar. Me robaron la radio y no he seguido los partidos', concluyó.

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