Precisiones
Contestando a las declaraciones del señor Serra, en el artículo del día 2 de junio de 2002, titulado El enfermo de la cultura europea, de Javier Valenzuela, le diré que la oposición vecinal de los Jerónimos no es una asociación de vecinos ancianos y ricos, ni es el motín de los chambergos, sino la oposición a lo arbitrario, al mal gusto y a la violación del sistema legal vigente.
Tampoco es el reflejo de una tendencia atávica, de inmovilismo cultural; es el respeto al pasado, que no tolera a los aventureros políticos, a los que viven de las mercedes públicas, a los que no saben situar lo moderno dentro de lo histórico.
La zona cero no debe servir para la experimentación artística y, si se decide así, es preciso cambiar la legislación protectora.
No había cochambre, señor Serra, había abandono por parte de las administraciones públicas y religiosas, y corresponde a la justicia del Tribunal Supremo dictar sentencia ejemplarizante, que haga inviable una situación como la reconstrucción del Teatro de Sagunto.
Se consideran curanderos de la cultura aquellos que nunca fueron visitantes del Museo del Prado, porque estaban ocupados en alcanzar posiciones de dinero e influencia política, trepando por la cucaña del presupuesto público. Han demolido el claustro de los Jerónimos y usted, señor Serra, debe intentar que lo reinstalen sin cubrirlo con ninguna construcción.
