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Reportaje:

Juguetes a cambio de basura

Los niños de Soto del Real canjean por regalos los residuos que llevan a reciclar gracias a la ecotarjeta

Soto del Real vive inmerso en la ecología. Este municipio de la sierra madrileña, cuya población oscila entre los 7.000 habitantes del frío invierno y los 30.000 de la época estival, está emplazado en el parque natural de la Cuenca del Manzanares. 'Un motivo que basta y sobra a los ciudadanos de este pueblo para ser conscientes de la importancia de cuidar su entorno', afirma su concejal de Medio Ambiente, Antonio Hernández.

Ésa es la razón por la que el Ayuntamiento de Soto del Real promovió el año pasado la incorporación del municipio a la lista de 13 localidades de la región en las que existe un punto limpio, un espacio en el que los ciudadanos pueden depositar para su reciclaje varios tipos de residuos, tanto peligrosos -medicamentos y aceites- como los llamados inertes -por ejemplo, los escombros-.

Medio Ambiente anuncia que los 13 puntos limpios de la región pasarán a ser 21

Pero la Concejalía de Medio Ambiente de Soto ha ideado un nuevo método de concienciación para los que en el futuro serán los encargados de reciclar: los niños. Se trata de la ecotarjeta, un pequeño carné en el que quedan inscritos los residuos que cada niño lleva al punto limpio para su reciclaje, así como una puntuación, establecida en unos baremos, correspondiente a cada uno de ellos. 'Por ejemplo, por un litro de aceite de coche, les anotamos cinco puntos', explica Hernández. Posteriormente, esos puntos son canjeables en la Casa de la Juventud de Soto por regalos como gorras, puzles y otros juguetes.

Un curioso y eficaz sistema de fidelización que ha sido todo un éxito en el municipio. 'Muchas madres me comentan que sus hijos les obligan a tener cinco cubos de basura para cada tipo de residuo y poder así ir luego a reciclarlos en el punto limpio', asegura Hernández. 'La verdad es que no hemos patentado la idea de la ecotarjeta, pero está funcionando de maravilla y nos encantaría que se extendiera por otros municipios', puntualiza.

Para Antonio Lucio, director general de Promoción y Disciplina Ambiental de la Comunidad, la ecotarjeta es 'una de las experiencias más interesantes que se están llevando a cabo en materia de educación medioambiental', y espera que pronto esta iniciativa se ponga en práctica en otros puntos de la Comunidad. 'La ecotarjeta ha sido una idea brillante porque ha conseguido que en cada casa haya un agente medioambiental: los niños. Y eso es lo que buscamos con las actividades educativas que promovemos desde la Consejería', explica Antonio Lucio.

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La concienciación de los chavales de Soto del Real es fruto de una de esas actividades educativas y del trabajo común de los responsables de educación y medio ambiente del Ayuntamiento de Soto del Real. 'Durante este curso, hemos llevado a cabo un plan de formación medioambiental en las escuelas infantiles y de primaria, y una de las actividades era enseñar a los chavales el funcionamiento y la importancia del punto limpio', cuenta Hernández.

'A los niños les interesó muchísimo la experiencia', asegura Isabel Ratón, coordinadora de primaria del colegio El Pinar, uno de los que participaron en las jornadas medioambientales. 'La mayoría de ellos ya sabían lo que era reciclar pero, por ejemplo, muchos no sabían que las medicinas no se deben tirar a la basura o que el aceite de la freidora se puede reutilizar'.

Y es que en el punto limpio de Soto, que fue inaugurado en febrero pasado, se pueden depositar más de 20 productos distintos: metales, muebles, electrodomésticos (incluso frigoríficos con gas), escombros, plásticos, vidrio, aceites de vehículos, aceites domésticos, baterías y pilas, fluorescentes, medicamentos, radiografías, pinturas y disolventes y aerosoles. Una amplia gama de residuos que, a juicio del concejal de Medio Ambiente, convierten al punto limpio de Soto en 'uno de los más completos y visitados de la región'.

'Viene mucha gente de otros municipios cercanos, como Guadalix de la Sierra, a depositar sus residuos. A pesar de que es un recinto municipal, cuyos costes corren de cuenta de los habitantes de Soto, nunca les cerraremos las puertas porque es importante que todo el que quiera recicle', puntualizó Hernández. El Ayuntamiento de Soto del Real calcula que este año los gastos de mantenimiento del recinto alcanzarán unos 300.000 euros que se irán fundamentalmente en pagar los portes de los residuos para su reciclaje en plantas específicamente preparadas para ello.

Según Antonio Lucio, el año pasado fueron 300.000 los madrileños que se acercaron a los puntos limpios de la Comunidad para depositar y reciclar sus residuos. Se recogieron en total más de 5.000 toneladas de productos.

Los 13 puntos limpios que existen actualmente en la Comunidad pasarán pronto a ser 21, según la Consejería de Medio Ambiente. Sólo el año pasado se construyeron ocho. Los centros que se acaban de abrir o se abrirán 'en breve', según Medio Ambiente, son los de Coslada, Moraleja de Enmedio, Navacerrada, Pezuela de las Torres, Pinto y Rivas-Vaciamadrid.

El Gobierno regional prevé construir este año otros seis más en Colmenarejo, Daganzo, Griñón, Navalcarnero, Paracuellos del Jarama y Torrelaguna. Cuando esta red de puntos limpios esté completada, la Consejería de Medio Ambiente calcula que casi un millón de personas podrán acceder a alguno de estos centros.

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