'Ver Sevilla' revisa a través de 100 estampas del XVI al XIX la falsa imagen que se difundió de la ciudad

La visión que el mundo tuvo de Sevilla entre los siglos XVI y el XIX salió de la imaginación de dibujantes y estampadores; primero de los flamencos y después de los viajeros románticos ingleses y franceses. Ver Sevilla. Cinco miradas a través de cien estampas, la exposición que los Reyes inaugurarán el viernes en la capital andaluza, analiza a través de 100 obras las distintas formas de representar la ciudad. La muestra, que se abre el mismo día que comienza la Cumbre Europea, permitirá a los que visiten Sevilla por primera vez comprobar que la capital tiene un perfil más amable que el que le confieren estos días las alambradas y los atascos.

Las obras forman parte de la colección de 299 grabados y litografías que en los últimos 20 años ha ido adquiriendo la Fundación Focus-Abengoa para formar un Gabinete de Estampas especializado en la iconografía de Sevilla. La exposición, que estará abierta hasta el 31 de agosto, ocupa las tres salas del Hospital de los Venerables Sacerdotes, sede de la fundación en pleno barrio de Santa Cruz, con un atractivo y colorista montaje del artista Gustavo Torner.

'No existen en España colecciones como ésta, que se ocupa de la iconografía de la ciudad desde distintos puntos de vista y ha conseguido reunir obras de gran calidad', comentó ayer Alfonso Pleguezuelo, profesor de Historia del Arte y comisario de la muestra junto a Alberto Olivier.

El primer mapa

Mapa del convento jurídico hispalense, una obra de 1579 del geógrafo sevillano Jerónimo Chaves, es la estampa más antigua de la exposición y abre la sección La mirada del geógrafo. 'Chaves recurre a las antiguas divisiones cartográficas romanas para hacer este mapa, el primero que se conserva de la ciudad. Salvo esta obra y algunos dibujos sobre las fiestas de la ciudad, el resto de los artistas son extranjeros y autores, en algunos casos, de dichos famosos que incluían en sus estampas, como 'Quien no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla', explica Olivier.

Los primeros planos encargados por Pablo de Olavide y las famosas vistas de Louis Meunier forman parte de la sección La mirada del geógrafo. Los monumentos, catedral y Giralda, Real Alcázar y Lonja, centran La mirada del paseante. 'Los artistas manipulan la perspectivas a su antojo, convierten calles en avenidas estrechas o desplazan la Giralda como lo hace Meunier con sus aguafuertes de finales del XVII', asegura Pleguezuelo.

'Las estampas de los interiores de la Casa de Pilatos o los patios del Real Alcázar divulgaron una imagen exótica de Sevilla. Los viajeros se planteaban que podían encontrar el exotismo de África sin demasiados incovenientes. Como reza uno de los títulos de los grabados: 'Un oriente cercano y confortable', explica Pleguezuelo.

Las arquitecturas efímeras que se instalaban durante las fiestas barrocas, los comienzos de la Feria de Abril y las estampas de Semana Santa forman parte de La mirada festiva, con obras firmadas por Matías de Arteaga, Fidel Roca o Louis Haghe. La imaginación de los artistas sólo deja paso a la realidada en algunas de las obras que engloba La mirada del arqueólogo, como Plano general del mosaico de Itálica, de Nicolas Louis Rousseau (1815), o las minuciosas reproducciones de alicatados del Real Alcázar de Sevilla. En La mirada romántica se muestran algunas de las litografías que contribuyeron a mediados del siglo XIX a dibujar el tópico sevillano que aún pervive, como las peleas a navajazos o los majos en las romerías de Antonio Chaman.

Gustavo Torner ha ideado un sistema de biombos de distintos colores para mostrar esta exposición, llena de perspectivas imposibles y paisajes románticos inventados, que viajará después a Madrid y a varios países de Latinoamérica.