Caruana controlará más de cerca a los bancos tras advertirles de que pueden perder reputación
El gobernador del Banco de España pide más transparencia en los consejos de administración
El gobernador del Banco de España aprovechó ayer la presentación del informe anual para lanzar serias advertencias a bancos y cajas. Jaime Caruana pidió a las entidades que 'apliquen la diligencia debida' al control de las operaciones para evitar que se utilice el sistema financiero 'con fines ilegales o poco éticos', ya que está en juego su reputación. El gobernador anunció que dedicará más recursos a la supervisión, pero advirtió que es labor de las entidades 'tener códigos de conducta más estrictos' para ser más transparentes y tener un mayor control de la sociedad.
El caso BBV planeó ayer en el discurso del gobernador del Banco de España, aunque no fue mencionado en ningún momento. Durante la lectura del discurso más relevante del año, Caruana insistió en que 'la supervisión bancaria no puede ni debe sustituir a los administradores y altos cargos de las entidades en el desempeño de las funciones ni en la asunción de las responsabilidades que les corresponden'. A su juicio, sin que los administradores y altos cargos cumplan sus funciones, no se pueden conseguir 'sistemas más sólidos, estables y eficientes'.
El máximo responsable del Banco de España cree que los mercados premiarían que se elevaran los estándares de calidad en el buen gobierno de las entidades y dijo que era 'fundamental' que el consejo de administración tenga 'una composición adecuada y reglas de funcionamiento', de forma que sus decisiones 'se trasmitan al mercado con suficiente transparencia'.
En un tono severo, poco frecuente en Caruana, destacó la necesidad de que las entidades financieras tengan un conocimiento exhaustivo de sus clientes y las operaciones que realizan 'para atajar, no sólo el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, sino también cualquier intento de utilizar el sistema financiero con fines ilegales o poco éticos'. En el caso de no seguir estas buenas prácticas, no se podrá 'prevenir o atajar riesgos tan graves como el reputacional o el legal', afirmó.
Entre las medidas concretas que pidió el gobernador está la creación de una comisión de auditoría o control que esté controlada por consejeros sin funciones ejecutivas. La supervisión bancaria está cambiando a la vez que se globalizan y tecnifican los mercados. Los nuevos rumbos exigen que los códigos de conducta sean cada vez 'más estrictos' y que estén sometidos a estándares cada vez más elevados, en opinión del máximo responsable de la entidad supervisora. Para hacer frente a los nuevos retos, el Banco de España está trabajando en una nueva metodología denominada Supervisión de la Actividad Bancaria bajo el enfoque del riesgo. El Banco de España, que ahora sólo se dedica a la supervisión de entidades tras ceder la política monetaria al Banco Central Europeo, anunció que dedicará más recursos a complementar la supervisión tradicional. A partir de ahora se evaluarán 'los códigos, procedimientos y estructuras de buen gobierno. Los resultados de tal valoración formarán parte de la determinación del perfil de riesgo de cada entidad', explicó Caruana.
Por último se refirió a la Ley Financiera, de la que destacó, 'entre las numerosas mejoras', la posibilidad de considerar como 'infracción de las normas de ordenación y disciplina el que la solvencia de una entidad se vea amenazada por deficiencias en su organización administrativa o contable, o en sus procedimientos de control interno, incluidos los relativos a la gestión de sus riesgos'.
Inflación peligrosa
En cuanto a la macroeconomía, el gobernador expresó su preocupación por la persistencia de sesgos inflacionistas en la economía, y señaló que el mantenimiento de diferenciales positivos de crecimiento de precios y costes con la UE puede plantear riesgos en la evolución futura de la competitividad.
En su discurso realizó un balance 'globalmente positivo' de la economía española, aunque subrayó que 'no debe ocultar la existencia de algunos aspectos poco satisfactorios'. Además de los diferenciales de crecimiento de precios y costes con la UE, citó otros aspectos negativos, como el escaso dinamismo de la inversión en bienes de equipo o el reducido avance de la productividad. Por eso, estima que la política económica debe orientarse prioritariamente al fomento de la competitividad.
'La combinación de una estructura salarial poco flexible con la todavía insuficiente competencia en algunos sectores de servicios ha fomentado el fenómeno de inflación dual, que sustenta el diferencial de inflación con la Unión Económica y Monetaria', argumentó. En su opinión, es insuficiente el progreso tecnológico que vive España, por lo que pidió más inversiones en este campo.
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