Vallas sin control
Según datos que hiciera públicos la señora Usandizaga, hasta hace unos meses concejal de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento donostiarra, 314 vallas publicitarias festonean los lugares más estratégicos de la ciudad, desde el año 1990. 183 de ellas están situadas en terrenos municipales. Para mayor escarnio se nos dice que en tan largo período de tiempo las empresas explotadoras de esta bochornosa publicidad exterior -todos vemos cómo decoran el paisaje, de Ondarreta a Igeldo; de Martutene a Garbera; de Anoeta a Miramón, etc.- no han pagado canon alguno al Ayuntamiento. A poco que nos detengamos a hacer números, las cifras obtenidas son de vértigo. (Un millón anual por valla, trescientos catorce millones al año; tres mil setecientos millones largos en doce año, estimando a la baja).
La señora Usandizaga nos dijo que su departamento había habilitado quince millones de pesetas para cubrir los gastos de retirada de estas condenadas vallas publicitarias. Transcurre el tiempo y no se observa que se haya procedido a retirarlas. Por el contrario, se está viendo la aparición de nuevas vallas que, por añadidura, al ubicarlas al borde mismo de la carretera, incumplen lo dispuesto sobre la materia.
¿Cómo y por qué ésta permisividad municipal, cuando son tan celosos en la colocación de carteles que hasta el rótulo de un hotel fue decapitado de forma inmisericorde por mandato de la Alcaldía días atrás? ¿Por qué el concejal señor Letamendía, actual responsable del ramo, se obstina en permanecer ciego, sordo y medio mudo ante este maloliente asunto?
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