Experiencia decepcionante

Escribo como presidenta de una comunidad de propietarios de la calle de Ruiz de Alarcón, uno de los inmuebles más afectados por las obras del Museo del Prado, para expresar nuestra decepcionante experiencia con el Ayuntamiento de Madrid.

El pasado 29 de enero escribimos al concejal de Movilidad Urbana, don Sigfrido Herráez, ya que dichas obras han generado varios conflictos en el barrio en lo que se refiere al tráfico. Pasado mes y medio, al no obtener respuesta, escribimos a la concejal presidenta de la Junta Municipal de Retiro, doña María Dolores Navarro, para comentar este y otros temas que afectan al barrio. En ninguno de los dos casos hemos recibido respuesta.

Sólo cuando insistí telefónicamente me dijeron que estaban muy ocupados y que ya nos llamarían.

Hace años nos reunimos con otros responsables del Ayuntamiento, don Cástor Iglesias y don Fernando Martínez Vidal, que tardaron sólo semanas en atendernos.

¿Tienen los de ahora más trabajo que los de antes?

Lo dudo.

Al mismo tiempo, escribimos al nuevo director del Museo del Prado, no para hablar del proyecto (porque, les guste o no a sus detractores, está en marcha, y porque hay miembros de la comunidad de propietarios que están a su favor), sino para que nos explicaran asuntos concernientes a las obras que afectan a nuestra vida diaria.

En 24 horas, el señor Zugaza nos puso en contacto con el jefe de mantenimiento del Museo del Prado, señor Álvarez, y, pocos días después, estábamos en su despacho todos los vecinos que quisimos de la casa que represento y de la colindante, Casado del Alisal, 4, para expresar nuestras inquietudes.

¿Tiene el director del Museo del Prado, y recién llegado, menos trabajo que los representantes del Ayuntamiento?

Lo dudo muchísimo y, si es así, la diferencia es abrumadora: 24 horas frente a casi 3.000.

Más bien, lo que parece es una gestión competente frente a una incompetente.

Ya no aspiramos a que el Ayuntamiento de Madrid funcione y esté cerca de los ciudadanos; pero, quizá, y es nuestra única esperanza, la proximidad de unas elecciones nos pueda ayudar.

Aunque sólo sea por un motivo tan lamentable, por favor, llámennos.